&______Los argumentos en contra de la locura} by Beryl

Quizás es cuerdo pensar a estas alturas
Que los feos se atraen por naturaleza
Que su fealdad y el destino los dibujará siempre juntos.
Y aunque trate de sacarte de aquel carnaval de espectros,
De sufrimiento en silencio, de asumir la realidad
Es hora de dejar los sueños a los cabros chicos.

Aunque duela.

Nació tonta y ciega la gente fea?
Tanto les cuesta girarse un poco y darse cuenta
Que alguien los observa, con brillantes y húmedos ojos de súplica?
Hay que ponerse a llorar para que te abracen?
Hay que morir para que te lloren?
Hay que darles la espalda para que vean que tu corazón latía por ellos?

Tal vez sólo eres tú.

Porque la sonrisa que ahora esbozas para mí
Aparentando ser sincera
Es pensando en ella, siempre en ella
Con su dientes prominentes, con su cara alargada
Con su cara de yegua.
Porque esos ojos grandes que me miran
A través de los cristales de tus lentes
No me miran como quiero y no me dicen nada.
Me gritan, eso sí, que me vaya
Que me aleje de una vez, que deje de molestar
Que te importa una mierda si me hieres
Si pasas a llevar al resto
Si resulta que en verdad es a ti a quien quiero.
Porque siempre la preferirás a ella
Como un masoquista, como un imbécil
Porque la yegua te mira por lo que puede sacar de ti
No por tu simpatía, ni por cada idiotez que dices
No te mira como te miro yo.

Aunque te duela.

Pero mentir es fácil, verdad?
Afirmar falsedades
Construir castillos enteros en débiles
Burbujas de jabón.

Nada es igual.

Sin embargo, admito mis propios errores
Admito que si no te hubiera mirado demasiado
Si no hubiera buscado en ti el consuelo que necesitaba
Ahora no sería una estúpida que no pudo resistir
Caer ante la fuerza de gravedad.

Te quiero, a pesar de todo.

El amor que golpea.

Me gustaban tus silencios
Al igual que tus miradas airadas
Aquellas que yo sabía, estaba seguro
Eran las de una enamorada.

Oh, yo ya lo sabía!
Tus ofensas no eran más que muestras de cariño
Y tus golpes una poesía.

No te has dado cuenta? No necesitas hacer eso.
La llama de tus ojos, la belleza de tu existencia
Me llamaban, mi gritaban que te amara
Y no pasaría mucho tiempo antes de que lograra
Por fin, robarte un beso.

Agua brava

Fue difícil resistirlo al principio
y con el más grande de los orgullos me propuse soportar
que eras un mentiroso sin comparación
y que en ti, no hay duda, ya no podía confiar.


¿Y cómo aceptar que en quién creí alguna vez
me engañaba con todo descaro, y sonreía, además,
como si nada sucediera? Por ti no debía llorar.
Actuabas como si el tiempo hubiera retrocedido,
como si las palabras hubieran regresado a sus respectivas bocas,
como si nunca hubiera pasado algo entre nosotros.

Así de simple, diste vuelta la página.

¡Oh, pero a estas alturas da lo mismo!
Porque imbécil y patético naciste,
patético e imbécil morirás
y contra eso no hay nada que hacer.
¡Adiós, de la que me salvé!

Ahora más que nunca estoy segura
de que el tiempo no calma las aguas,
el tiempo no lo cura todo, como siempre dicen.
El tiempo enfurece, el tiempo agota la paciencia.
Es por eso que entre nosotros, y aunque no te importe
las aguas aún son bravas.