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The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
:: **Fans Zone** :: Zona De Letras
Página 1 de 1.
The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
Bueh, a una antigua petición de Hard Onee sama de publicar mi Fan Fic aquí, por fin se hará realidad XD, así que bueno es una combinación de la serie D Gray Man, con nuevas aventuras, nuevos exorcistas, Noahs y nuevos enemigos, Una introducción que llevará hacía el descubrimiento de un nuevo ser que ha sido liberado, y a la vista de mis fieles lectoras que han sido: Hard Candy, Bianca, Hinaichigo, kii y más personas, al parecer les agrada la trama, así que espero y a ustedes también.
Me he estado esforzando mucho, ya que la primera temporada llevará hacía más de cincuenta capítulos y una segunda temporada, solo he avanzado como once capis, y estoy editandolos de nuevo (solo los cuatro o tres primeros) así que espero lo disfruten.(por que necesito motivación para seguir escribiendo xD, así que la excusa de que mis lecotres gozen de mi literatura, me daré por satisfecha al igual que darme la dicha de poder continuar con la serie.
PD: para los que ya leyeron el "Reloaded 2.0" en mi Blog, éste es una nueva edición nuevamente restaurada y mejor ampliada (según yo XD), les invito a volver a leer, aun que se que resultará un verdadero fastidio xD.
-¡señorita Zoutou!… ¡señorita Zoutou!, ya es tarde, ya amaneció hace treinta minutos, y tiene que estar lista para la llegada de su prima, la Reina Yggdra Yuril Arltwaltz del reino de Fantasinia, junto con el Maestro Milanor, el tercer Calvario Sir. Durant, el esgrimista Sir. Russell y la doncella Elena. Y usted aun no esta lista, ya serán más de las ocho con cuarenta y seis y su desayuno es a las ocho cincuenta exactas, y su baño a las nueve con veinte minutos y su vestido nuevo tiene que probárselo a las nueve cincuenta y seis, que os recuerdo que es el vestido que le trajo su tía desde Hungría, echo por las mismísimas manos de la Reina Eclair. –Irrumpía en la habitación de la joven princesa, La Dama de llaves, dando traspiés por toda la pieza, completamente echa un desastre, sus cabellos alborotados y unas medias lunas que tenía por debajo de los ojos.
-si, lo sé perfectamente, pero dormí como una roca y tuve un sueño bastante cómodo como para despertar y desechar aquel hermoso anhelo en el que me reencontraba con mi padre…-replicó la Princesa que yacía en la cama ahora tallándose los ojos por el resplandor del alba, que se asomaba por su ventana.
-usted perdone mi insolencia Majestad, entiendo que su dulce sueño era más importante que la visita de su Prima, pero usted es bastante fuerte y ha soportado la perdida de mi Rey y vuestro amadísimo padre, además de que vuestra coronación será en menos de una semana…- arguyó, incómoda ante su contrariedad, desvió la mirada hacía las sabanas que ya las estaba recogiendo entre un montón de ropaje sucio...
- sí, pero Lady Morgan ¿qué acaso usted no ha tenido un sueño tan hermoso? Encontrarte con su padre difunto, ¿no es anhelo para usted?-inquirió, ahora desconsolada, Lady Morgan se silencio ante el comentario, e inesperadamente la puerta de la recamara se abrió de hito en hito, la mucama llevaba el desayuno
- buenos días Su Alteza, aquí le traigo su desayuno- susurró, tímida, adentrándose a la gran habitación de la Princesa, un tocador refinado de finas maderas repleto de joyeros con una media luna, un ropero tan grande como su propia habitación; también un ventanal que hacía verse un paisaje espectacular, los hermosos jardines del palacio, donde el fondo había un gran estanque en forma de rectángulo donde en el centro estaba ahí una fuente.
- gracias…- resopló susurrante, respaldándose entre las almohadas ahora tomando el desayuno con calma.
- hmm, son las ocho cincuenta exactas, desayune para que tome su ducha. –ordenó Lady Morgan seriamente, con la espalda erguida y el cuello suavemente alzado como si fuese un soldado de la milica, mientras le reclutaba el general del ejercito o primer ministro parecido
-si, está bien… -<<Pan con mermelada, leche de cabra y manzana…lo de todos los martes…>>- pensaba en sus adentros, aburrida.
¿Quién dijo que ser princesa era ser color de rosa?
En las afueras de Ivalice había demasiado gentío, parecía un carnaval en verano del pueblo de Cyril cerca del río Pascal, pero en realidad era el comercio lo que abundaba por ahí, objetos extraños de mercaderes de países extranjeros, comida exótica, artículos novedosos a bajos precios y cierta técnica del trueque, le hacía popular a los comerciantes que gustan de negocios.
Pero en todo reino siempre habrá callejuelas oscuras, personas sombrías y malvadas, como en todos lados…de ahí una mujer estaba apoyada en la pared de ladrillos desgastados, cubierta con una túnica grisácea. Contemplaba el castillo que se hallaba a sus pies a unos kilómetros de distancia.
-Ivalice… mi objetivo está aquí, mi Lord tenía razón, pronto llegará…-su voz era suave, pero también era el de una mujer regia y adulta, sonreía maliciosamente como si llevara al cabo un plan macabro- Muy pronto…
Y se escabulló de entre las sombras…
pd2: OMG sorry, tendré que hacer doble post por que el mensaje era demasiado largo ¬w¬
Me he estado esforzando mucho, ya que la primera temporada llevará hacía más de cincuenta capítulos y una segunda temporada, solo he avanzado como once capis, y estoy editandolos de nuevo (solo los cuatro o tres primeros) así que espero lo disfruten.(por que necesito motivación para seguir escribiendo xD, así que la excusa de que mis lecotres gozen de mi literatura, me daré por satisfecha al igual que darme la dicha de poder continuar con la serie.
PD: para los que ya leyeron el "Reloaded 2.0" en mi Blog, éste es una nueva edición nuevamente restaurada y mejor ampliada (según yo XD), les invito a volver a leer, aun que se que resultará un verdadero fastidio xD.
The Ancient Fallen & The Angel
El Antiguo caído y el Ángel… dos distintas piezas de ajedrez… dos personalidades totalmente diferentes, dos ejércitos llenos de ambiciones inalcanzables, poderes demoníacas y Divinas que sobrepasan los limites de la ciencia y naturaleza, ¿Qué difícil es lidiar con la guerra verdad? pero aun para ellos es como un una misión echa totalmente para ellos, para un equilibrio, una abalanza que sostienen estas dos piezas de ajedrez…
Estos que solo son hechos para un solo propósito en la vida, y aun que nadie le pudo reconocer mientras estos vivían aun bajo nuestro mismo techo, por que solo los vemos como un humano… un simple humano débil…pero al verse reflejado en un espejo, se revela finalmente su verdadera identidad…
Dos opuestos… que determinaran un juicio el uno para el otro.
Y determinaran, el fin o no de nuestra existencia.
El Antiguo caído y el Ángel… dos distintas piezas de ajedrez… dos personalidades totalmente diferentes, dos ejércitos llenos de ambiciones inalcanzables, poderes demoníacas y Divinas que sobrepasan los limites de la ciencia y naturaleza, ¿Qué difícil es lidiar con la guerra verdad? pero aun para ellos es como un una misión echa totalmente para ellos, para un equilibrio, una abalanza que sostienen estas dos piezas de ajedrez…
Estos que solo son hechos para un solo propósito en la vida, y aun que nadie le pudo reconocer mientras estos vivían aun bajo nuestro mismo techo, por que solo los vemos como un humano… un simple humano débil…pero al verse reflejado en un espejo, se revela finalmente su verdadera identidad…
Dos opuestos… que determinaran un juicio el uno para el otro.
Y determinaran, el fin o no de nuestra existencia.
Prefacio
Jamás creería que llegaría este día, y tan pronto como llegó, conté…conté, conté y conté, las probabilidades con las que saldríamos con vida…
El uso de mi existencia fue casi tenue como cuando vi por primera vez la deformidad en mi columna, tan descomunal que parecería que saldría un engendro de ahí. Y tan triste fue, que opté por ser caso omiso a la realidad, hasta hacerme completamente invisible, pero jamás resultó como había planeado…
Ahora estoy frente a mi propio destino y pase lo que pase, finalmente él y yo estaremos unidos, completos, hasta conformar una mente solamente, como si fuésemos una sola persona, una sola arma, una alma…
Estando frente a la muerte que se avecina, nuestras manos rozaron, con las yemas de sus dedos toco mi dorso, y sus ojos penetraron en los míos, como si fuese finalmente la despedida, aun que su rostro era inescrutable, noté en sus pupilas una nota de esperanza…solo para mí.
Ahora nos volvimos hacía el final, rozando nuestras manos esperando…
La primera acometida.
CAPITULO UNO
EL INICIO
***
Imaginación, quizá un misterio, uno que los niños anhelan e increíblemente poseen y que los adultos no comprenden y lo consideran irracional… un tesoro donde todo se vale, donde en un gran sueño se aparta de la realidad. Postrada en mi cama de sabanas como el color blancuzco de las nubes, la suavidad de la tela que cubría mi desnuda piel mientras estaba rodeada de flores marchitas en la que la luna brilla en el lago muerto, con las Ondinas más tenebrosas que te puedas imaginar.
La fantasía que comienza con hadas con increíbles poderes mágicos que solían las niñas más pequeñas e inocentes aspirar, se escondían entre los fríos y aterradores bosques de la primavera para volver a renacer entre tanta belleza, la madre naturaleza; quien sabe si las valquirias, doncellas de los floretes siguen en su revolución contra los esgrimistas, mientras los necrománticos peleaban con las brujas para tener el poder absoluto, dos oficios distintos con la misma enseñanza de magia, cuando éstas brujas condenaban a los hombres haciéndolos de roca, y aquellos caballeros cabalgando en sus corceles en busca de los cazadores que acechaban a toda gente que cruzase el camino hacia Vohka, y aquellas princesas que lucharon por el bien de su reino y venganza contra la muerte de sus Reyes y chicas valientes montando sus grifos volando por el cielo inmaculado ,acompañados por las aves mas hermosas que te pudieses imaginar y las asesinas que acechan las dos ciudades de Ukqro y Jagd Alí…
Si, en verdad era un sueño, lo supuse desde que abrí los ojos, y en verdad no estaba rodeada de flores marchitas ni sabanas blancas como las nubes, ni mi cama flotando en el lago muerto… que desencanto… tomé mi viejo oso y corrí hacía mi closet para buscar un espejo donde me transportaría al mundo de Alyss, con el deseo de tomar té con Jacob Noncelo y conocer a Somber Logan.
Pero me fue imposible…
Por que ahora todo es crucial… y el tiempo ya se está sometiendo a la realidad…Y la realidad es que, está a punto de empezar, esta guerra.
Ivalice un reino de justicia y prometedora.
Jamás creería que llegaría este día, y tan pronto como llegó, conté…conté, conté y conté, las probabilidades con las que saldríamos con vida…
El uso de mi existencia fue casi tenue como cuando vi por primera vez la deformidad en mi columna, tan descomunal que parecería que saldría un engendro de ahí. Y tan triste fue, que opté por ser caso omiso a la realidad, hasta hacerme completamente invisible, pero jamás resultó como había planeado…
Ahora estoy frente a mi propio destino y pase lo que pase, finalmente él y yo estaremos unidos, completos, hasta conformar una mente solamente, como si fuésemos una sola persona, una sola arma, una alma…
Estando frente a la muerte que se avecina, nuestras manos rozaron, con las yemas de sus dedos toco mi dorso, y sus ojos penetraron en los míos, como si fuese finalmente la despedida, aun que su rostro era inescrutable, noté en sus pupilas una nota de esperanza…solo para mí.
Ahora nos volvimos hacía el final, rozando nuestras manos esperando…
La primera acometida.
CAPITULO UNO
EL INICIO
***
Imaginación, quizá un misterio, uno que los niños anhelan e increíblemente poseen y que los adultos no comprenden y lo consideran irracional… un tesoro donde todo se vale, donde en un gran sueño se aparta de la realidad. Postrada en mi cama de sabanas como el color blancuzco de las nubes, la suavidad de la tela que cubría mi desnuda piel mientras estaba rodeada de flores marchitas en la que la luna brilla en el lago muerto, con las Ondinas más tenebrosas que te puedas imaginar.
La fantasía que comienza con hadas con increíbles poderes mágicos que solían las niñas más pequeñas e inocentes aspirar, se escondían entre los fríos y aterradores bosques de la primavera para volver a renacer entre tanta belleza, la madre naturaleza; quien sabe si las valquirias, doncellas de los floretes siguen en su revolución contra los esgrimistas, mientras los necrománticos peleaban con las brujas para tener el poder absoluto, dos oficios distintos con la misma enseñanza de magia, cuando éstas brujas condenaban a los hombres haciéndolos de roca, y aquellos caballeros cabalgando en sus corceles en busca de los cazadores que acechaban a toda gente que cruzase el camino hacia Vohka, y aquellas princesas que lucharon por el bien de su reino y venganza contra la muerte de sus Reyes y chicas valientes montando sus grifos volando por el cielo inmaculado ,acompañados por las aves mas hermosas que te pudieses imaginar y las asesinas que acechan las dos ciudades de Ukqro y Jagd Alí…
Si, en verdad era un sueño, lo supuse desde que abrí los ojos, y en verdad no estaba rodeada de flores marchitas ni sabanas blancas como las nubes, ni mi cama flotando en el lago muerto… que desencanto… tomé mi viejo oso y corrí hacía mi closet para buscar un espejo donde me transportaría al mundo de Alyss, con el deseo de tomar té con Jacob Noncelo y conocer a Somber Logan.
Pero me fue imposible…
Por que ahora todo es crucial… y el tiempo ya se está sometiendo a la realidad…Y la realidad es que, está a punto de empezar, esta guerra.
Ivalice un reino de justicia y prometedora.
-¡señorita Zoutou!… ¡señorita Zoutou!, ya es tarde, ya amaneció hace treinta minutos, y tiene que estar lista para la llegada de su prima, la Reina Yggdra Yuril Arltwaltz del reino de Fantasinia, junto con el Maestro Milanor, el tercer Calvario Sir. Durant, el esgrimista Sir. Russell y la doncella Elena. Y usted aun no esta lista, ya serán más de las ocho con cuarenta y seis y su desayuno es a las ocho cincuenta exactas, y su baño a las nueve con veinte minutos y su vestido nuevo tiene que probárselo a las nueve cincuenta y seis, que os recuerdo que es el vestido que le trajo su tía desde Hungría, echo por las mismísimas manos de la Reina Eclair. –Irrumpía en la habitación de la joven princesa, La Dama de llaves, dando traspiés por toda la pieza, completamente echa un desastre, sus cabellos alborotados y unas medias lunas que tenía por debajo de los ojos.
-si, lo sé perfectamente, pero dormí como una roca y tuve un sueño bastante cómodo como para despertar y desechar aquel hermoso anhelo en el que me reencontraba con mi padre…-replicó la Princesa que yacía en la cama ahora tallándose los ojos por el resplandor del alba, que se asomaba por su ventana.
-usted perdone mi insolencia Majestad, entiendo que su dulce sueño era más importante que la visita de su Prima, pero usted es bastante fuerte y ha soportado la perdida de mi Rey y vuestro amadísimo padre, además de que vuestra coronación será en menos de una semana…- arguyó, incómoda ante su contrariedad, desvió la mirada hacía las sabanas que ya las estaba recogiendo entre un montón de ropaje sucio...
- sí, pero Lady Morgan ¿qué acaso usted no ha tenido un sueño tan hermoso? Encontrarte con su padre difunto, ¿no es anhelo para usted?-inquirió, ahora desconsolada, Lady Morgan se silencio ante el comentario, e inesperadamente la puerta de la recamara se abrió de hito en hito, la mucama llevaba el desayuno
- buenos días Su Alteza, aquí le traigo su desayuno- susurró, tímida, adentrándose a la gran habitación de la Princesa, un tocador refinado de finas maderas repleto de joyeros con una media luna, un ropero tan grande como su propia habitación; también un ventanal que hacía verse un paisaje espectacular, los hermosos jardines del palacio, donde el fondo había un gran estanque en forma de rectángulo donde en el centro estaba ahí una fuente.
- gracias…- resopló susurrante, respaldándose entre las almohadas ahora tomando el desayuno con calma.
- hmm, son las ocho cincuenta exactas, desayune para que tome su ducha. –ordenó Lady Morgan seriamente, con la espalda erguida y el cuello suavemente alzado como si fuese un soldado de la milica, mientras le reclutaba el general del ejercito o primer ministro parecido
-si, está bien… -<<Pan con mermelada, leche de cabra y manzana…lo de todos los martes…>>- pensaba en sus adentros, aburrida.
¿Quién dijo que ser princesa era ser color de rosa?
***
En las afueras de Ivalice había demasiado gentío, parecía un carnaval en verano del pueblo de Cyril cerca del río Pascal, pero en realidad era el comercio lo que abundaba por ahí, objetos extraños de mercaderes de países extranjeros, comida exótica, artículos novedosos a bajos precios y cierta técnica del trueque, le hacía popular a los comerciantes que gustan de negocios.
Pero en todo reino siempre habrá callejuelas oscuras, personas sombrías y malvadas, como en todos lados…de ahí una mujer estaba apoyada en la pared de ladrillos desgastados, cubierta con una túnica grisácea. Contemplaba el castillo que se hallaba a sus pies a unos kilómetros de distancia.
-Ivalice… mi objetivo está aquí, mi Lord tenía razón, pronto llegará…-su voz era suave, pero también era el de una mujer regia y adulta, sonreía maliciosamente como si llevara al cabo un plan macabro- Muy pronto…
Y se escabulló de entre las sombras…
pd2: OMG sorry, tendré que hacer doble post por que el mensaje era demasiado largo ¬w¬
Última edición por Luki Candy el Mar Jul 28, 2009 5:58 am, editado 3 veces
Luki Candy- Luki Candy Psyco Twin
- Cantidad de envíos : 196
Localización : Jugando al Wii sports contra Shinigami-sama...de nuevo ¬¬
Empleo /Ocio : Esposa de Haine, madre de doce hijos xD, la gemela rara de Hard Candy *-* (onee hermosha) y dnshbamkj suprema!
Humor : buena vibra >:3
Premios por participación: :
Fecha de inscripción : 05/10/2008
Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
Miércoles, un día muy tranquilo… al parecer el comercio ya se había terminado, había personas poco abundantes de lo que uno se imaginaría, solo había algunos estantes de frutas, y algunas tiendas abiertas, también los restos de un largo día de comercio… basura, por supuesto, como cabía de esperar
Cuatro caballos tirados por el más fino de los carruajes, en una fila en pares de dos caballos blancos, tiraban por las calles ya medio vacías, tenía varios arreglos y detalles en él y la insignia del Reino de Fantasinia, El Fénix.
¿Será la Reina Yggdra?
En efecto, era ella sin duda.
Terminó el recorrido en la capital de Ivalice hasta que los caballos concluyeron la carrera ahora trotando en señal de que habían finalmente llegado a su destino, ahora se encontraban en la fortaleza, donde se encontraba un monumental castillo, como en todo cuento de hadas, -que claro que no lo era- precioso sin duda, con un jardín que hacía un conjunto esplendido en ella.
La carroza se detuvo delante del portón principal, hechos de madera invencible, con más de diez metros de largo y ancho. Los guardias hicieron reverencia ante su alteza y abrieron el portón.
Recorrieron un largo tramo de lo que era hasta llegar a los grandes jardines del palacio, lleno de todo tipo de flores que pudieras imaginar.
En aquella sala Real donde se encontraban vasijas de oro, cuadros con marcos de marfil, pisos de mármol y pinturas de los ancestros de la familia Real hechos por los más famosos pintores,-muy caros debo admitir- alfombras rojas echas a mano de finísima tela.
Los largos vestíbulos que conducían hacía varios comedores Reales, eran como laberintos sin fin, el primero era el Gran comedor para fiestas grandes y de la más alta categoría, como la fiesta de la Princesa o reuniones con Duques, Condes y personas de familias prestigiadas y con grandes riquezas y algunos nobles, el segundo era el Comedor real para reuniones familiares de la misma sangre Real, el último conducía hacía el sótano, era un comedor pequeño y sencillo, pero hermoso, el comedor estaba tapizado por un color blanco, donde la ventana reflejaba la luz del sol y se iluminaba la habitación y destellaba los bellos detalles incrustados en sus paredes… nadie lo utilizaba.
Los visitantes llegaron según la agenda tan apretada de la Princesa, dos caballeros que son los mozos del carruaje bajaron inmediato a abrir las dos puertas de ambos extremos de la carroza.
Yggdra fue la primera en abandonar el carruaje, era muy joven para ser una Reina, había pues cumplido los dieciocho años, era de piel blanca y tersa de rasgos finísimos y hermoso rostro, con ojos muy grandes y expresivos que tenían un tono azul rey, una cabellera rubia y larga, lacio y sedoso y una corona posaba en su coronilla. Su vestido era elegante y muy costoso diría yo y sus acompañantes eran sin duda las personas más agradables y fieles que pudieses conocer, bajaron en seguida y fueron en pos de la Reina como escoltas.
Contemplaron el panorama de tan grandiosa fortaleza, un palacio lleno de riquezas.
Al entrar y todos en pos de Yggdra, el mayordomo Real conducía a sus invitados hacía el Salón de Conferencias, donde discutían batallas, estrategias y planes de combate, también discutían la monarquía acerca del Reino y también…para reuniones familiares.
-Prima Yggdra- saludó con reverencia a la Reina, se encaminó hasta tomarla en brazos e intercambiar un beso en la mejilla- ¡que dicha me da! Que hayas llegado con bien a mi reino y estoy orgullosa de ti por haberte convertido en Reina, estoy segura de que la conspiración contra el Emperador Gulcasa fue un gran éxito ¡sin duda!- exclamó, eufórica.
Yggdra suspiró, y una corriente de escalofríos recorrió su cuerpo y su mente se nubló de imágenes sangrientas y llenas de odio, la guerra fue inevitable, pero no le quedó otra opción.
-después de la muerte de mis padres, no tuve opción que vengarlos para limpiar su nombre y liberar a Fantasinia de su escoria e impura dominación-espetó solemne, evitando que las lágrimas la dominaran-Princesa Harumi, necesito tu ayuda…
- ¿Qué ocurre? suenas alterada- musitó especulando los motivos de su prima al venir de tan lejos, se le notaban unas medias lunas oscuras por debajo de sus ojos, fue notorio que la Reina no había descansado utlimamente. Su semblante le daba un aspecto menos jovial.
-No lo sé…no estoy segura, pero…- se entre cortó su voz y no podía proferir palabra alguna hasta que finalmente exhaló, susurrante, con un temor dominante.- creemos que Nessiah ha vuelto…
Harumi no pudo contestar, los ojos se le abrieron como platos, incrédula, las manos empezaron a temblarle y gotas de sudor se dispersaban de su frente.
- d-de verdad él…. pe-pero….-tartamudeó nerviosa, se apoyó en la silla más cercana para no perder el equilibrio y la cordura.
- Según sus últimas palabras, dijo que volvería por un…antiguo pacto…acudimos con brujos, chamanes, necrománticos, y todos nos dieron respuestas inconcretas, y casi incoherentes, todos parecían aterrados…-dijo más para sí misma, adentrándose en su propia mente, encaminándose hacía todos los lados que le confiriese el espacio, paseando en círculos por al estancia. – Creemos que aun sigue condenado, pero no tenemos ni idea de lo que dijo…pareció haber dicho: Celum Empire.
-… pero, muchos dicen que es solo un mito ¿cierto?, de que volverá...Nadie ha resucitado más que el Dios mismo.
- eso es un misterio y me confunde, yo no estaría tan segura, Nessiah antes de vencerlo nos prometió que volvería por su venganza… y creo que se está cumpliendo.
-ya veo- miró hacía al vacío ahora tratando de despejar sus malas esperanzas.- inclusive es capaz de cumplir su palabra.
-eso me aterra… aun así tenemos que prepararnos para lo que se avecine… además de esto, he venido también para pedirte otra petición.
-que ocurre- inquirió ahora más inquieta.
-en mi capital unas cosas extrañas que no sabría describir llegaron del cielo, y dispararon con unas armas en una de las provincias, murieron más de cincuenta personas ahí, un sobreviviente nos dijo que a los que les afectaban las balas, estos se les aparecían estrellas por toda su piel y se hacían cenizas hasta no quedar rastro de vida, no se que sea, pero ha sido inútil vencerles, y ¡no sé que demonios eran!
-¿y como eran? intenta describirlos
-parecían… una especie de arma, tenia un rostro humano, era bastante aterrador tenía un gesto como…con pena, tenía una estrella en su frente y un rostro demoníaco y siniestro.
-…jamás he escuchado algo parecido…-suspiró atemorizada, a punto de desfallecer en el suelo. Uno de los mayores defectos que poseía la princesa Harumi era el miedo.
-estábamos haciendo una pequeña teoría de que, tal vez son nuevos prototipos que Nessiah de seguro diseño antes de su muerte y los estaba preparando ahora y por eso te pido una alianza… tu reino y el mío, juntos para derrotar a Nessiah, buscaremos las respuestas y descubriremos el misterio que atacó a mi reino.
Harumi vaciló y pensó las cosas con determinada seguridad, nunca creería que sus decisiones eran tan limitadas y difíciles de tomar, si esas cosas eran vulnerables con las armas normales de un humano cualquiera, podría poner en riesgo a su gente, aun así tuvo la dicha de tener coraje para poder demostrar la valentía de una princesa
-acepto tu petición…-declaró firme y erguida como mujer de palabra.
-gracias Harumi sama…- sonrió cálidamente, pero la alianza de su prima le satisfació aun que el miedo y la vulnerabilidad de su gente le hizo perder todo rasgo de esperanza.
En el Centro de Ivalice se caracterizaba principalmente por tener calzadas limpias y hermosos parques y jardines, había uno en particular que sobrepasaba a todos los jardines del Reino y se le daba por el nombre Paradīze, del letón al español significa Paraíso. Pero claro que solamente estaba autorizado para las personas de alto rango social, puesto que únicamente se utiliza para fiestas de té.
Y aun que no había tantos centros turísticos, la gente le motivaba ver los parques tan limpios y llenos de vida, y aun solo teniendo tres estaciones de trenes por todo el Reino, en el Centro de entre las calles Alfil y Tharia había uno bastante tranquilo para ser una estación de tren.
-guau-suspiró tranquilamente aspirando el aire del lugar, un caballero de cabello blanco y preciosos ojos grisáceos, piel relucidamente perfecta de un matiz cremoso y terso con un singular cicatriz cerca del ojo izquierdo con una voz similar al canto de un ángel-este lugar es muy bonito…
-bienvenidos al Centro de Ivalice, estáis en la Estación de Trenes del Ajedrez. Famoso por sus hermosos jardines y su sublime hospitalidad.- les recibió con aplomo la señorita de agencias del lugar, sonriendo calidamente, aun que viendo a través de esa sonrisa, se especulaba una cierta y ostentoso fingimiento.
-¡Que extraño!- exhaló, exaltado al ver tan esplendoroso lugar, ahora sus ojos solo se centraban alrededor de ellos, y para ser una estación, éste tenía arreglos de tulipanes, rosas, margaritas, orquídeas, lilas ¡y todo tipo de flores que pudieses imaginar! Todos haciendo una compañía en una hermosa armonía. Habían también árboles de cerezos y tiendas de dulces- ¡oye espera!, a donde vas, Timcanpy!- alzó la mano con rapidez evitando que un extraño pero curioso Golem de Oro- te podrías perder, se que este lugar es agradable pero ¡no puedes andar así como así!
-de verdad es un bonito lugar- se cruzó de brazos, con un solo ojo esmeraldino ensalzando la vista hacía el cielo y admirado con asombro aquel edén de flores, (claro, en una estación de tren)-pero recuerda Allen, que no estamos de vacaciones- espetó con desdén con una nota de arrepentimiento en su tono de voz- <<estúpido Komui>>- pensó para sus adentros, ahora molesto.
-De eso no me cabe ninguna duda- sonrió, y sus dientes blancos relucieron brillantemente con los rayos del sol, ahora se reía, no le molestaba no tener vacaciones- es más – se volvió hacía él, bromista- desde cuando estas tan serio, creí que te tomabas las misiones a la ligera, lo que diría “Lavi” sería “voy a conocer muchas chicas lindas en este lugar”- bromeó imitando su voz. Con ojos entrecerrados y una sonrisa pícara.
Cuatro caballos tirados por el más fino de los carruajes, en una fila en pares de dos caballos blancos, tiraban por las calles ya medio vacías, tenía varios arreglos y detalles en él y la insignia del Reino de Fantasinia, El Fénix.
¿Será la Reina Yggdra?
En efecto, era ella sin duda.
Terminó el recorrido en la capital de Ivalice hasta que los caballos concluyeron la carrera ahora trotando en señal de que habían finalmente llegado a su destino, ahora se encontraban en la fortaleza, donde se encontraba un monumental castillo, como en todo cuento de hadas, -que claro que no lo era- precioso sin duda, con un jardín que hacía un conjunto esplendido en ella.
La carroza se detuvo delante del portón principal, hechos de madera invencible, con más de diez metros de largo y ancho. Los guardias hicieron reverencia ante su alteza y abrieron el portón.
Recorrieron un largo tramo de lo que era hasta llegar a los grandes jardines del palacio, lleno de todo tipo de flores que pudieras imaginar.
En aquella sala Real donde se encontraban vasijas de oro, cuadros con marcos de marfil, pisos de mármol y pinturas de los ancestros de la familia Real hechos por los más famosos pintores,-muy caros debo admitir- alfombras rojas echas a mano de finísima tela.
Los largos vestíbulos que conducían hacía varios comedores Reales, eran como laberintos sin fin, el primero era el Gran comedor para fiestas grandes y de la más alta categoría, como la fiesta de la Princesa o reuniones con Duques, Condes y personas de familias prestigiadas y con grandes riquezas y algunos nobles, el segundo era el Comedor real para reuniones familiares de la misma sangre Real, el último conducía hacía el sótano, era un comedor pequeño y sencillo, pero hermoso, el comedor estaba tapizado por un color blanco, donde la ventana reflejaba la luz del sol y se iluminaba la habitación y destellaba los bellos detalles incrustados en sus paredes… nadie lo utilizaba.
Los visitantes llegaron según la agenda tan apretada de la Princesa, dos caballeros que son los mozos del carruaje bajaron inmediato a abrir las dos puertas de ambos extremos de la carroza.
Yggdra fue la primera en abandonar el carruaje, era muy joven para ser una Reina, había pues cumplido los dieciocho años, era de piel blanca y tersa de rasgos finísimos y hermoso rostro, con ojos muy grandes y expresivos que tenían un tono azul rey, una cabellera rubia y larga, lacio y sedoso y una corona posaba en su coronilla. Su vestido era elegante y muy costoso diría yo y sus acompañantes eran sin duda las personas más agradables y fieles que pudieses conocer, bajaron en seguida y fueron en pos de la Reina como escoltas.
Contemplaron el panorama de tan grandiosa fortaleza, un palacio lleno de riquezas.
Al entrar y todos en pos de Yggdra, el mayordomo Real conducía a sus invitados hacía el Salón de Conferencias, donde discutían batallas, estrategias y planes de combate, también discutían la monarquía acerca del Reino y también…para reuniones familiares.
-Prima Yggdra- saludó con reverencia a la Reina, se encaminó hasta tomarla en brazos e intercambiar un beso en la mejilla- ¡que dicha me da! Que hayas llegado con bien a mi reino y estoy orgullosa de ti por haberte convertido en Reina, estoy segura de que la conspiración contra el Emperador Gulcasa fue un gran éxito ¡sin duda!- exclamó, eufórica.
Yggdra suspiró, y una corriente de escalofríos recorrió su cuerpo y su mente se nubló de imágenes sangrientas y llenas de odio, la guerra fue inevitable, pero no le quedó otra opción.
-después de la muerte de mis padres, no tuve opción que vengarlos para limpiar su nombre y liberar a Fantasinia de su escoria e impura dominación-espetó solemne, evitando que las lágrimas la dominaran-Princesa Harumi, necesito tu ayuda…
- ¿Qué ocurre? suenas alterada- musitó especulando los motivos de su prima al venir de tan lejos, se le notaban unas medias lunas oscuras por debajo de sus ojos, fue notorio que la Reina no había descansado utlimamente. Su semblante le daba un aspecto menos jovial.
-No lo sé…no estoy segura, pero…- se entre cortó su voz y no podía proferir palabra alguna hasta que finalmente exhaló, susurrante, con un temor dominante.- creemos que Nessiah ha vuelto…
Harumi no pudo contestar, los ojos se le abrieron como platos, incrédula, las manos empezaron a temblarle y gotas de sudor se dispersaban de su frente.
- d-de verdad él…. pe-pero….-tartamudeó nerviosa, se apoyó en la silla más cercana para no perder el equilibrio y la cordura.
- Según sus últimas palabras, dijo que volvería por un…antiguo pacto…acudimos con brujos, chamanes, necrománticos, y todos nos dieron respuestas inconcretas, y casi incoherentes, todos parecían aterrados…-dijo más para sí misma, adentrándose en su propia mente, encaminándose hacía todos los lados que le confiriese el espacio, paseando en círculos por al estancia. – Creemos que aun sigue condenado, pero no tenemos ni idea de lo que dijo…pareció haber dicho: Celum Empire.
-… pero, muchos dicen que es solo un mito ¿cierto?, de que volverá...Nadie ha resucitado más que el Dios mismo.
- eso es un misterio y me confunde, yo no estaría tan segura, Nessiah antes de vencerlo nos prometió que volvería por su venganza… y creo que se está cumpliendo.
-ya veo- miró hacía al vacío ahora tratando de despejar sus malas esperanzas.- inclusive es capaz de cumplir su palabra.
-eso me aterra… aun así tenemos que prepararnos para lo que se avecine… además de esto, he venido también para pedirte otra petición.
-que ocurre- inquirió ahora más inquieta.
-en mi capital unas cosas extrañas que no sabría describir llegaron del cielo, y dispararon con unas armas en una de las provincias, murieron más de cincuenta personas ahí, un sobreviviente nos dijo que a los que les afectaban las balas, estos se les aparecían estrellas por toda su piel y se hacían cenizas hasta no quedar rastro de vida, no se que sea, pero ha sido inútil vencerles, y ¡no sé que demonios eran!
-¿y como eran? intenta describirlos
-parecían… una especie de arma, tenia un rostro humano, era bastante aterrador tenía un gesto como…con pena, tenía una estrella en su frente y un rostro demoníaco y siniestro.
-…jamás he escuchado algo parecido…-suspiró atemorizada, a punto de desfallecer en el suelo. Uno de los mayores defectos que poseía la princesa Harumi era el miedo.
-estábamos haciendo una pequeña teoría de que, tal vez son nuevos prototipos que Nessiah de seguro diseño antes de su muerte y los estaba preparando ahora y por eso te pido una alianza… tu reino y el mío, juntos para derrotar a Nessiah, buscaremos las respuestas y descubriremos el misterio que atacó a mi reino.
Harumi vaciló y pensó las cosas con determinada seguridad, nunca creería que sus decisiones eran tan limitadas y difíciles de tomar, si esas cosas eran vulnerables con las armas normales de un humano cualquiera, podría poner en riesgo a su gente, aun así tuvo la dicha de tener coraje para poder demostrar la valentía de una princesa
-acepto tu petición…-declaró firme y erguida como mujer de palabra.
-gracias Harumi sama…- sonrió cálidamente, pero la alianza de su prima le satisfació aun que el miedo y la vulnerabilidad de su gente le hizo perder todo rasgo de esperanza.
***
En el Centro de Ivalice se caracterizaba principalmente por tener calzadas limpias y hermosos parques y jardines, había uno en particular que sobrepasaba a todos los jardines del Reino y se le daba por el nombre Paradīze, del letón al español significa Paraíso. Pero claro que solamente estaba autorizado para las personas de alto rango social, puesto que únicamente se utiliza para fiestas de té.
Y aun que no había tantos centros turísticos, la gente le motivaba ver los parques tan limpios y llenos de vida, y aun solo teniendo tres estaciones de trenes por todo el Reino, en el Centro de entre las calles Alfil y Tharia había uno bastante tranquilo para ser una estación de tren.
-guau-suspiró tranquilamente aspirando el aire del lugar, un caballero de cabello blanco y preciosos ojos grisáceos, piel relucidamente perfecta de un matiz cremoso y terso con un singular cicatriz cerca del ojo izquierdo con una voz similar al canto de un ángel-este lugar es muy bonito…
-bienvenidos al Centro de Ivalice, estáis en la Estación de Trenes del Ajedrez. Famoso por sus hermosos jardines y su sublime hospitalidad.- les recibió con aplomo la señorita de agencias del lugar, sonriendo calidamente, aun que viendo a través de esa sonrisa, se especulaba una cierta y ostentoso fingimiento.
-¡Que extraño!- exhaló, exaltado al ver tan esplendoroso lugar, ahora sus ojos solo se centraban alrededor de ellos, y para ser una estación, éste tenía arreglos de tulipanes, rosas, margaritas, orquídeas, lilas ¡y todo tipo de flores que pudieses imaginar! Todos haciendo una compañía en una hermosa armonía. Habían también árboles de cerezos y tiendas de dulces- ¡oye espera!, a donde vas, Timcanpy!- alzó la mano con rapidez evitando que un extraño pero curioso Golem de Oro- te podrías perder, se que este lugar es agradable pero ¡no puedes andar así como así!
-de verdad es un bonito lugar- se cruzó de brazos, con un solo ojo esmeraldino ensalzando la vista hacía el cielo y admirado con asombro aquel edén de flores, (claro, en una estación de tren)-pero recuerda Allen, que no estamos de vacaciones- espetó con desdén con una nota de arrepentimiento en su tono de voz- <<estúpido Komui>>- pensó para sus adentros, ahora molesto.
-De eso no me cabe ninguna duda- sonrió, y sus dientes blancos relucieron brillantemente con los rayos del sol, ahora se reía, no le molestaba no tener vacaciones- es más – se volvió hacía él, bromista- desde cuando estas tan serio, creí que te tomabas las misiones a la ligera, lo que diría “Lavi” sería “voy a conocer muchas chicas lindas en este lugar”- bromeó imitando su voz. Con ojos entrecerrados y una sonrisa pícara.
Luki Candy- Luki Candy Psyco Twin
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Localización : Jugando al Wii sports contra Shinigami-sama...de nuevo ¬¬
Empleo /Ocio : Esposa de Haine, madre de doce hijos xD, la gemela rara de Hard Candy *-* (onee hermosha) y dnshbamkj suprema!
Humor : buena vibra >:3
Premios por participación: :
Fecha de inscripción : 05/10/2008
Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
-¡¡a-h Ah que cosas dices Allen!! es que, bueno tal vez tengas razón pero- comenzó a susurrarle al odio con cuidado- es que el viejo panda me está vigilando, y si no me lo tomo enserio lo más probable es que me quite el domingo como mi día de descanso…
-ah… pues de verdad si que exagera… y bueno… -ahora recordando con detenimiento un recuerdo no muy lejano, dejando pasar la admiración que tenía por el lugar. Las comisuras de sus labios se descendieron hasta formar una línea recta y desaparecer la hermosa sonrisa-estoy aquí en una misión cualquiera cuando debería estar entrenando con los generales- parloteó con arrepentimiento, ahora mirando a Lavi con desgana. En una señal de: << ¿en verdad debería ir con “él”?>>
-Encontrar la Inocencia antes de que los akumas y el Conde se apoderen de él.-espetó con acritud, observando que nadie hizo caso omiso de su presencia.
-lo sabemos bien abuelo, no necesito que lo recuerdes, ahora…-volvió su mirada simulando haber contemplado el lugar, cuando en realidad fijó la vista en un grupo de mujeres.
-¡¿a eso llamas admirar?!-exclamó viendo hacía donde venían los rubores de su alumno, propinándole un puntapié en el tobillo- a una mujer se le admira por su coraje y valentía, y no solo por su belleza –irritado por tener que sermonear a su alumno distraído.
El de ojos grises derramó gotas de sudor, exasperado, suplicando con los ojos alzándolos al cielo, <<“ayuda, un viejo dramatizado y un mujeriego con un solo ojo me irritan”>>
-¡h-hey! ¡Ay! Ya me dejaste otro moratón en el tobillo ¡panda loco!- dio un alarido brincando en un solo pie mientras sostenía con ambas manos el tobillo lastimado.
-Bueno- alzó la voz Allen, llamando la atención de los aludidos, ahora crispado hasta el tope- podríamos avanzar más en esto, o ¿es que solo estaré aquí escuchando sus discusiones?
-esta bien, esta bien, supongo que soy yo el que siempre los mete en problemas…-se rindió el joven pelirrojo- bueno vamos pues.- volviéndose a cruzar de brazos ahora todos saliendo de la estación, con tranquilidad e infinito silencio.-<< ¡Por ahora!>>
***
Los escoltas de la Reina Yggdra, Elena la francotiradora, Durant el tercer Calvario del Reino y Milanor llamado “El Rey de Los Ladrones” estaban rendidos en los cómodos asientos del salón de invitados por el largo viaje, y Milanor, que era de esperarse, con el sigilo de un gato tomó una taza de oro puro que estaba colocado en una pequeña repisa de mármol cerca de un florero de orquídeas. Pero sin darse cuenta la joven que estaba al otro lado del salón lo sorprendió.
-pero que… ¡Milanor! ¿¡Estás robando!?- le reprendió enfadada, la de cabellos oscuros de ojos del color de las lilas, por aquella ingrata e imprudente acción. Elena era una chica bastante joven para ser una francotiradora de elite, tenía el cabello corto más o menos hasta la altura de sus hombros.
-¡¿q-qué?! ¿¡Pero que dices!? Mira…este… ¡solo estoy viendo esta obra de arte!- parloteó nervioso por su reprimenda, temiendo que un guardia lo echase a la cárcel.- Mira que oro, es… tan puro…- replicaba mientras sus ojos brillaban de tal admiración, que su tono azul le hacía verse más ambicioso.
Milanor era igual de joven que Elena e Yggdra, teniendo la edad de dieciocho años, su cabello era plateado como el brillo de una moneda, ojos como el cielo y resplandecientes como la misma luna.
- ya déjate de tonterías y pon eso en su lugar correspondiente, ¡estás en un castillo ajeno!
- soy un ladrón, que esperabas de mí, <<no es nada personal>>-replicó, con indiferencia.
- no hagas esas cosas aquí…-se acercó a él hasta darle un manotazo al dorso de la mano.
- Maestro Milanor, sea sensato, por favor sea paciente-se interpuso educadamente el Caballero Durant apacible siempre con un fuero interno lleno de imparcialidad, tratándose de ser ecuánime.
La pequeña discusión terminó cuando las dos parientes terminaron su asunto, los tres se volvieron haciendo una reverencia y se quedaron inmóviles, Milanor indiscretamente trataba de ocultar el jarrón, ya que aun sostenía lo sostenía entre sus manos, parecía que tenía toda la intención de que la Princesa viese lo ocurrido.
- su alteza, me atrevo a permitirme la dicha de estar presente ante usted, permíteme presentarme, soy Elena Lacroix, es un honor estar aquí- se inclinó con timidez, agachando la cabeza con respeto.
- por lo que he oído de algunos rumores, se comenta de que usted era del imperio de nuestro enemigo, hermana del difunto León Lacroix, me alegro de que estéis aquí, mi nombre es Harumi Annya Zoutou bienvenida a Ivalice.- se presentó con cortesía, aun que la arrogancia de sus palabras era notorio, la alianza de Elena demostraba la traición del antiguo Imperio enemigo, por lo que, Harumi al ser una persona orgullosa cuando de traiciones se trata, se empeñó por no forzar que las palabras fuesen insultos, Elena trató de no recordar la muerte de su hermano y su traición hacia el imperio hostil, luchando por que las lágrimas no salieran de sus ojos, Milanor curvó los labios con contrariedad y dio un respingo, Durant carraspeó la garganta suavemente advirtiendo con los ojos al Joven Milanor de que no cometiera una insesatez.
- gracias Zoutou Ojou sama- respondió con indiferencia después de una corta pausa. (Ojou-sama es cuando se le dice a las personas de alto nivel social.)
- permitidme presentarme Zoutou sama, mi nombre es Durant Ganslandt y es un verdadero honor y privilegio que no merezco de estar presente ante usted, su majestad- el interpelado de cabello castaño y ojos color chocolate se hincó ante ella tomando suavemente desde la palma de su mano hasta posar los labios con delicadeza su dorso.
-bienvenido seas a Ivalice Sir. Ganslandt, gusto en conoceros.-le recibió con dicha y grata sonrisa y un rubor notorio se asomó por sus mejillas.
-gracias su alteza
-hmm…- dijo hacía sí volviéndose hacía Milanor, especulativa.-he escuchado mucho sobre usted, Maese Milanor, el rey de los ladrones… ¿me equivoco?- dijo secamente poco apreciable sin perder la cordura y el sentido de la cordialidad
Milanor no respondió, pero sus ojos delataban el desprecio de alguien vulnerable a sus emociones.
-¡Milanor!- susurró Yggdra intangible, donde solo Milanor podría ser capaz de escuchar hasta el más de los pequeños de los sonidos.
-No, “su alteza”- enfatizó la última palabra con aspereza haciendo una reverencia burlona. Yggdra echaba humo por la nariz, ahora con las mejillas rojas de ira.
-bienvenido a Ivalice Maese Milanor.- aun que sin embargo éste se limitó a asentir con la cabeza y nada más-veo que han tenido un largo viaje por lo tanto os preparé vuestros aposentos, Morgan las acompañará a vuestro lugar de reposo, que descansen y nos veremos hasta mañana
-ah… pues de verdad si que exagera… y bueno… -ahora recordando con detenimiento un recuerdo no muy lejano, dejando pasar la admiración que tenía por el lugar. Las comisuras de sus labios se descendieron hasta formar una línea recta y desaparecer la hermosa sonrisa-estoy aquí en una misión cualquiera cuando debería estar entrenando con los generales- parloteó con arrepentimiento, ahora mirando a Lavi con desgana. En una señal de: << ¿en verdad debería ir con “él”?>>
-Encontrar la Inocencia antes de que los akumas y el Conde se apoderen de él.-espetó con acritud, observando que nadie hizo caso omiso de su presencia.
-lo sabemos bien abuelo, no necesito que lo recuerdes, ahora…-volvió su mirada simulando haber contemplado el lugar, cuando en realidad fijó la vista en un grupo de mujeres.
-¡¿a eso llamas admirar?!-exclamó viendo hacía donde venían los rubores de su alumno, propinándole un puntapié en el tobillo- a una mujer se le admira por su coraje y valentía, y no solo por su belleza –irritado por tener que sermonear a su alumno distraído.
El de ojos grises derramó gotas de sudor, exasperado, suplicando con los ojos alzándolos al cielo, <<“ayuda, un viejo dramatizado y un mujeriego con un solo ojo me irritan”>>
-¡h-hey! ¡Ay! Ya me dejaste otro moratón en el tobillo ¡panda loco!- dio un alarido brincando en un solo pie mientras sostenía con ambas manos el tobillo lastimado.
-Bueno- alzó la voz Allen, llamando la atención de los aludidos, ahora crispado hasta el tope- podríamos avanzar más en esto, o ¿es que solo estaré aquí escuchando sus discusiones?
-esta bien, esta bien, supongo que soy yo el que siempre los mete en problemas…-se rindió el joven pelirrojo- bueno vamos pues.- volviéndose a cruzar de brazos ahora todos saliendo de la estación, con tranquilidad e infinito silencio.-<< ¡Por ahora!>>
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Los escoltas de la Reina Yggdra, Elena la francotiradora, Durant el tercer Calvario del Reino y Milanor llamado “El Rey de Los Ladrones” estaban rendidos en los cómodos asientos del salón de invitados por el largo viaje, y Milanor, que era de esperarse, con el sigilo de un gato tomó una taza de oro puro que estaba colocado en una pequeña repisa de mármol cerca de un florero de orquídeas. Pero sin darse cuenta la joven que estaba al otro lado del salón lo sorprendió.
-pero que… ¡Milanor! ¿¡Estás robando!?- le reprendió enfadada, la de cabellos oscuros de ojos del color de las lilas, por aquella ingrata e imprudente acción. Elena era una chica bastante joven para ser una francotiradora de elite, tenía el cabello corto más o menos hasta la altura de sus hombros.
-¡¿q-qué?! ¿¡Pero que dices!? Mira…este… ¡solo estoy viendo esta obra de arte!- parloteó nervioso por su reprimenda, temiendo que un guardia lo echase a la cárcel.- Mira que oro, es… tan puro…- replicaba mientras sus ojos brillaban de tal admiración, que su tono azul le hacía verse más ambicioso.
Milanor era igual de joven que Elena e Yggdra, teniendo la edad de dieciocho años, su cabello era plateado como el brillo de una moneda, ojos como el cielo y resplandecientes como la misma luna.
- ya déjate de tonterías y pon eso en su lugar correspondiente, ¡estás en un castillo ajeno!
- soy un ladrón, que esperabas de mí, <<no es nada personal>>-replicó, con indiferencia.
- no hagas esas cosas aquí…-se acercó a él hasta darle un manotazo al dorso de la mano.
- Maestro Milanor, sea sensato, por favor sea paciente-se interpuso educadamente el Caballero Durant apacible siempre con un fuero interno lleno de imparcialidad, tratándose de ser ecuánime.
La pequeña discusión terminó cuando las dos parientes terminaron su asunto, los tres se volvieron haciendo una reverencia y se quedaron inmóviles, Milanor indiscretamente trataba de ocultar el jarrón, ya que aun sostenía lo sostenía entre sus manos, parecía que tenía toda la intención de que la Princesa viese lo ocurrido.
- su alteza, me atrevo a permitirme la dicha de estar presente ante usted, permíteme presentarme, soy Elena Lacroix, es un honor estar aquí- se inclinó con timidez, agachando la cabeza con respeto.
- por lo que he oído de algunos rumores, se comenta de que usted era del imperio de nuestro enemigo, hermana del difunto León Lacroix, me alegro de que estéis aquí, mi nombre es Harumi Annya Zoutou bienvenida a Ivalice.- se presentó con cortesía, aun que la arrogancia de sus palabras era notorio, la alianza de Elena demostraba la traición del antiguo Imperio enemigo, por lo que, Harumi al ser una persona orgullosa cuando de traiciones se trata, se empeñó por no forzar que las palabras fuesen insultos, Elena trató de no recordar la muerte de su hermano y su traición hacia el imperio hostil, luchando por que las lágrimas no salieran de sus ojos, Milanor curvó los labios con contrariedad y dio un respingo, Durant carraspeó la garganta suavemente advirtiendo con los ojos al Joven Milanor de que no cometiera una insesatez.
- gracias Zoutou Ojou sama- respondió con indiferencia después de una corta pausa. (Ojou-sama es cuando se le dice a las personas de alto nivel social.)
- permitidme presentarme Zoutou sama, mi nombre es Durant Ganslandt y es un verdadero honor y privilegio que no merezco de estar presente ante usted, su majestad- el interpelado de cabello castaño y ojos color chocolate se hincó ante ella tomando suavemente desde la palma de su mano hasta posar los labios con delicadeza su dorso.
-bienvenido seas a Ivalice Sir. Ganslandt, gusto en conoceros.-le recibió con dicha y grata sonrisa y un rubor notorio se asomó por sus mejillas.
-gracias su alteza
-hmm…- dijo hacía sí volviéndose hacía Milanor, especulativa.-he escuchado mucho sobre usted, Maese Milanor, el rey de los ladrones… ¿me equivoco?- dijo secamente poco apreciable sin perder la cordura y el sentido de la cordialidad
Milanor no respondió, pero sus ojos delataban el desprecio de alguien vulnerable a sus emociones.
-¡Milanor!- susurró Yggdra intangible, donde solo Milanor podría ser capaz de escuchar hasta el más de los pequeños de los sonidos.
-No, “su alteza”- enfatizó la última palabra con aspereza haciendo una reverencia burlona. Yggdra echaba humo por la nariz, ahora con las mejillas rojas de ira.
-bienvenido a Ivalice Maese Milanor.- aun que sin embargo éste se limitó a asentir con la cabeza y nada más-veo que han tenido un largo viaje por lo tanto os preparé vuestros aposentos, Morgan las acompañará a vuestro lugar de reposo, que descansen y nos veremos hasta mañana
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FIN DEL CAPITULO.
FIN DEL CAPITULO.
Luki Candy- Luki Candy Psyco Twin
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Localización : Jugando al Wii sports contra Shinigami-sama...de nuevo ¬¬
Empleo /Ocio : Esposa de Haine, madre de doce hijos xD, la gemela rara de Hard Candy *-* (onee hermosha) y dnshbamkj suprema!
Humor : buena vibra >:3
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Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
Bueno nadie me ha leído ;w;. pero no me doy por vencida (ya han pasado más de tres días ¬¬ y la porquería esta no me deja escribir mensajes tan, tan, TAAAN largos LOL).
Según yo, está más corto LOL, disfruten ;__________________;
La guerra es algo que es fatal, y ha llevado tantas hostilidades que el humano increíblemente se ha convertido el mayor mercenario de todo el universo, las inquietudes, el miedo, el deseo, el poder y la venganza, hacen al orgullo de sus cómplices una ambición increíblemente despiadada y lleno de poder.
Como ocurrió la guerra entre el Emperador Gulcasa y El Reino de Fantasinia.
Las muertes que se llevaron a cabo en grandes sacrificios y falsas esperanzas hicieron de este encuentro el más nostálgico de sus vidas y hasta el más atormentador.
Sin embargo entre uno de los pocos que ha sofocado el auxilio y ha consumido la impotencia en una melancolía fue Milanor.
El joven ladrón de cabellos plateados y ojos fugaces de color azul turquesa, penetrantes cuando te observa, y seductores cuando mira hasta tu corazón; pupilas de omnipotencia, llenos de firmeza.
No pasó demasiado para que sean las doce, pero fue tal presteza del tiempo que la luna de la noche cayó rendida en el firmamento, con una blancura tan translúcida que daba un brillo inusual, que todos estaban ya completamente dormidos, excepto Milanor, irascible por estar en el castillo de la Princesa Zoutou que a lo que el respecta, era una mula rabiosa.
Aquella alcoba era bastante amplia, estaba compuesta por una cama king-size, al frente estaba un gran armario de caoba, y un lado de la puerta de entrada estaba el fino tocador de mármol con un espejo y al otro extremo de la habitación se encontraba un balcón con una pequeña terraza, la vista era bella desde ese punto, pero lo que respecta a él, lo demás era como un tormento.
Ahora conciliar el sueño era uno de sus muchos pesares después de una gran pérdida.
Discutiendo en sus propios pensamientos muchos juicios suyos, entonces una imagen borrosa nubló su mente hasta llenarla de la de una persona, pero no cualquier persona, sino “esa” persona…
Fulminó el pensamiento apenas lo había contemplado un segundo, se giró boca abajo en la cama y con la almohada se cubrió la cabeza cerrando fuertemente los ojos hasta cubrir su mente de peleas y acometidas de la guerra pasada. Tratando de olvidar aquel rostro que alguna vez tenía vida… y sonreía.
El armario se abrió en un chasquido terrorífico y al tiempo en que Milanor se volvía con rapidez, vio el armario ya entre abierto, desvió la vista hasta posarlo en el balcón donde sus puertas estaban cerradas.
Milanor no se sentía vulnerable al miedo pero sin embargo el nerviosismo se apoderó de él, necesitaba descargar la furia que lo consumía, deseaba con ansias descubrir a aquel asesino que estuviese esperando su ensueño para arremeter, deseaba con desesperación poder tener que tomar su axe en forma de media luna -hecha con nitrilo y fino metal, con unas cadenas impregnadas- y dar el primer asalto.
Todo estaba tan oscuro que nadie podría ser capaz de ver la nada… pero Milanor era un caso muy especial… por que sus ojos podían ver la oscuridad. Como un lobo que asecha en la noche a sus presas.
Saltó de su cama con cautela sin hacer ni el menor atisbo ruido y se dirigió al armario como una sombra espectral.
Y al abrir el armario con brusquedad notó que la única presencia que había era la de las sabanas limpias, toallas y nada más, como cabría de esperar de un castillo tan antiguo sería que sus ruidos quedasen grabados en sus paredes con el tiempo.
Pero al ver que no había nada de peligro, observó que su mente le jugaba tretas, excusas para que la locura le induzca esa adrenalina llena de venganza… la idea le contrarió y decidió volver a la cama.
Y al sentarse en éste con una intención no tan convincente de dormir, un mareo repentino le hizo desfallecer en la cama hasta perder la conciencia y adentrarse en una profunda pesadilla.
Se encontraba en la negrura profunda de un abismo sin fin, y contempló un río negro donde el firmamento estaba teñido de un color sangre con nubes negras que soltaban a intervalos irregulares estruendos sombríos, después de eso, el silencio se volvía de una forma espectral y monótona. Y entonces…
Vio una persona, y no era “esa” persona esta vez, era una diferente, tenía el cabello dorado como los rayos del sol, vestía traje negro con una chistera negra, estaba atado de los pies con unas cadenas sombrías, alto y de una complexión regular, erguida, parecía a alguien familiar, pero no pudo reconocerlo. Éste notó su presencia aun que solo se limitaba a contemplarse en un espejo que estaba frente a él, ignorándolo.
Milanor que observaba aterrado con el simple hecho de que esa persona pudiese ser… la destrucción del Reino de Fantasinia, o quizá del mundo entero, dio un paso atrás y....
El de traje negro alzó la mano hacía el espejo con la palma abierta y su reflejo hizo la misma reacción, pero al contemplar a su reflejo, se dio cuenta de que era distinto de él. El reflejo tenía el color de cabello diferente al del rubio dorado, aun que estaba distante de poder observar los ojos, por que los ocultaba el brazo del individuo. Y entonces…
El aludido cerró la palma en un puño brusco y el espejo se rompió en mil pedazos.
<<Una pesadilla…solo eso>> pensaba aturdido por semejante escena, cerró fuertemente los ojos esperando a que el suplicio terminara.
- cuanto tiempo, Milanor…- espetó la figura, con una voz semejante a un cántico de un ángel, que a la vez era hostil.
Milanor abrió los ojos de golpe pero no respondió, ¿quién era esa persona? ¿Cómo supo su nombre? ¿Qué quería de él?, será que esa persona… ¿de verdad era esa persona?…
- que demo… - apenas iba a articular palabra y de repente su voz se quebró en el silencio incapaz de proferir ruido alguno, en un shock inoportuno.
- Es muy difícil poder entrar a tu mente, pero esta vez me resultó mucho más fácil…-musitó con amabilidad, ahora apreciando los pedazos rotos del espejo que yacían en el suelo, donde su propio reflejo ahora se asomaba por entre los pedazos con distintas partes de su cuerpo.
- ¿de qué estás hablando?- inquirió nervioso y susurrante, retrocediendo unos pasos atrás.
- no puedo morir hasta que se cumpla la parte del contrato,- giró su rostro a unos pocos grados donde solo se vislumbraba la perfecta simetría de su perfil.- tampoco podré matarte…- repuso ahora esbozando una sonrisa, sus ojos eran incapaces de verse por sus cabellos, que los cubrían.
Milanor aterrado finalmente cuando comprendió quien era aquel extraño, se paralizó completamente ahora presa del miedo, sus ojos casi salieron de sus órbitas y sus pupilas estaban completamente dilatadas por el horror, parecía que no respondía a alguna señal de vida salvo sus latidos de su corazón, bombeando con un latido constante y errante, como si estuviera a punto de explotar.
-si bien, solo espera un poco más….- instó calmado con voz suave y aterciopelada.- y te juró…- esta vez, girando completamente el rostro hacía él.- que se cumplirá la parte de mi venganza.- concluyó.
Despertó, finalmente abrió los ojos y rayos de luz entraron a la alcoba por entre los pequeños huecos de la ventana, con una fatiga incontrolable donde el sudor se desparramaba en su rostro y sus latidos fuertes golpes de pecho haciendo de éste un martirio. La parte importante de aquella pesadilla se convirtió en un recuerdo horroroso, no pudo ver sus ojos, pero si aquella sonrisa lúgubre. Recordaba perfectamente lo que había proferido, pero el sonido de su voz perdió sentido, solo podía recordar aquellas palabras escuchadas en su pensamiento por su propia voz, la de Milanor, pálido como un muerto, bañado por su propio sudor.
Se sentó en la cama y se talló los ojos fuertemente esperando a que el vértigo se esfumara y su cabeza finalmente esté puesta en Tierra. Pero aun con aprensión de abrir los ojos, por miedo a que el cielo se volviese sangre y el suelo negro y firme como… en aquella pesadilla que parecía no tener fin.
- No…no aun….- susurró, presa del pánico.
Y así que comprendió que todos sus complicaciones no tenían fin, La Guerra de los Ladrones, en la que su vida se sometía a un juicio verdadero, la pérdida de “esa” persona, la guerra pasada entre un Reino y un Imperio, la conspiración de los nuevos enemigos que atacaron a Fantasinia…
Esas complicaciones ¡no eran nada! A comparación a lo que se avecinaba… y entonces en ese instante se dio cuenta….
Que sus problemas solo habían comenzado.
Según yo, está más corto LOL, disfruten ;__________________;
CAPITULO II
PESADILLA
PESADILLA
La guerra es algo que es fatal, y ha llevado tantas hostilidades que el humano increíblemente se ha convertido el mayor mercenario de todo el universo, las inquietudes, el miedo, el deseo, el poder y la venganza, hacen al orgullo de sus cómplices una ambición increíblemente despiadada y lleno de poder.
Como ocurrió la guerra entre el Emperador Gulcasa y El Reino de Fantasinia.
Las muertes que se llevaron a cabo en grandes sacrificios y falsas esperanzas hicieron de este encuentro el más nostálgico de sus vidas y hasta el más atormentador.
Sin embargo entre uno de los pocos que ha sofocado el auxilio y ha consumido la impotencia en una melancolía fue Milanor.
El joven ladrón de cabellos plateados y ojos fugaces de color azul turquesa, penetrantes cuando te observa, y seductores cuando mira hasta tu corazón; pupilas de omnipotencia, llenos de firmeza.
No pasó demasiado para que sean las doce, pero fue tal presteza del tiempo que la luna de la noche cayó rendida en el firmamento, con una blancura tan translúcida que daba un brillo inusual, que todos estaban ya completamente dormidos, excepto Milanor, irascible por estar en el castillo de la Princesa Zoutou que a lo que el respecta, era una mula rabiosa.
Aquella alcoba era bastante amplia, estaba compuesta por una cama king-size, al frente estaba un gran armario de caoba, y un lado de la puerta de entrada estaba el fino tocador de mármol con un espejo y al otro extremo de la habitación se encontraba un balcón con una pequeña terraza, la vista era bella desde ese punto, pero lo que respecta a él, lo demás era como un tormento.
Ahora conciliar el sueño era uno de sus muchos pesares después de una gran pérdida.
Discutiendo en sus propios pensamientos muchos juicios suyos, entonces una imagen borrosa nubló su mente hasta llenarla de la de una persona, pero no cualquier persona, sino “esa” persona…
Fulminó el pensamiento apenas lo había contemplado un segundo, se giró boca abajo en la cama y con la almohada se cubrió la cabeza cerrando fuertemente los ojos hasta cubrir su mente de peleas y acometidas de la guerra pasada. Tratando de olvidar aquel rostro que alguna vez tenía vida… y sonreía.
El armario se abrió en un chasquido terrorífico y al tiempo en que Milanor se volvía con rapidez, vio el armario ya entre abierto, desvió la vista hasta posarlo en el balcón donde sus puertas estaban cerradas.
Milanor no se sentía vulnerable al miedo pero sin embargo el nerviosismo se apoderó de él, necesitaba descargar la furia que lo consumía, deseaba con ansias descubrir a aquel asesino que estuviese esperando su ensueño para arremeter, deseaba con desesperación poder tener que tomar su axe en forma de media luna -hecha con nitrilo y fino metal, con unas cadenas impregnadas- y dar el primer asalto.
Todo estaba tan oscuro que nadie podría ser capaz de ver la nada… pero Milanor era un caso muy especial… por que sus ojos podían ver la oscuridad. Como un lobo que asecha en la noche a sus presas.
Saltó de su cama con cautela sin hacer ni el menor atisbo ruido y se dirigió al armario como una sombra espectral.
Y al abrir el armario con brusquedad notó que la única presencia que había era la de las sabanas limpias, toallas y nada más, como cabría de esperar de un castillo tan antiguo sería que sus ruidos quedasen grabados en sus paredes con el tiempo.
Pero al ver que no había nada de peligro, observó que su mente le jugaba tretas, excusas para que la locura le induzca esa adrenalina llena de venganza… la idea le contrarió y decidió volver a la cama.
Y al sentarse en éste con una intención no tan convincente de dormir, un mareo repentino le hizo desfallecer en la cama hasta perder la conciencia y adentrarse en una profunda pesadilla.
Se encontraba en la negrura profunda de un abismo sin fin, y contempló un río negro donde el firmamento estaba teñido de un color sangre con nubes negras que soltaban a intervalos irregulares estruendos sombríos, después de eso, el silencio se volvía de una forma espectral y monótona. Y entonces…
Vio una persona, y no era “esa” persona esta vez, era una diferente, tenía el cabello dorado como los rayos del sol, vestía traje negro con una chistera negra, estaba atado de los pies con unas cadenas sombrías, alto y de una complexión regular, erguida, parecía a alguien familiar, pero no pudo reconocerlo. Éste notó su presencia aun que solo se limitaba a contemplarse en un espejo que estaba frente a él, ignorándolo.
Milanor que observaba aterrado con el simple hecho de que esa persona pudiese ser… la destrucción del Reino de Fantasinia, o quizá del mundo entero, dio un paso atrás y....
El de traje negro alzó la mano hacía el espejo con la palma abierta y su reflejo hizo la misma reacción, pero al contemplar a su reflejo, se dio cuenta de que era distinto de él. El reflejo tenía el color de cabello diferente al del rubio dorado, aun que estaba distante de poder observar los ojos, por que los ocultaba el brazo del individuo. Y entonces…
El aludido cerró la palma en un puño brusco y el espejo se rompió en mil pedazos.
<<Una pesadilla…solo eso>> pensaba aturdido por semejante escena, cerró fuertemente los ojos esperando a que el suplicio terminara.
- cuanto tiempo, Milanor…- espetó la figura, con una voz semejante a un cántico de un ángel, que a la vez era hostil.
Milanor abrió los ojos de golpe pero no respondió, ¿quién era esa persona? ¿Cómo supo su nombre? ¿Qué quería de él?, será que esa persona… ¿de verdad era esa persona?…
- que demo… - apenas iba a articular palabra y de repente su voz se quebró en el silencio incapaz de proferir ruido alguno, en un shock inoportuno.
- Es muy difícil poder entrar a tu mente, pero esta vez me resultó mucho más fácil…-musitó con amabilidad, ahora apreciando los pedazos rotos del espejo que yacían en el suelo, donde su propio reflejo ahora se asomaba por entre los pedazos con distintas partes de su cuerpo.
- ¿de qué estás hablando?- inquirió nervioso y susurrante, retrocediendo unos pasos atrás.
- no puedo morir hasta que se cumpla la parte del contrato,- giró su rostro a unos pocos grados donde solo se vislumbraba la perfecta simetría de su perfil.- tampoco podré matarte…- repuso ahora esbozando una sonrisa, sus ojos eran incapaces de verse por sus cabellos, que los cubrían.
Milanor aterrado finalmente cuando comprendió quien era aquel extraño, se paralizó completamente ahora presa del miedo, sus ojos casi salieron de sus órbitas y sus pupilas estaban completamente dilatadas por el horror, parecía que no respondía a alguna señal de vida salvo sus latidos de su corazón, bombeando con un latido constante y errante, como si estuviera a punto de explotar.
-si bien, solo espera un poco más….- instó calmado con voz suave y aterciopelada.- y te juró…- esta vez, girando completamente el rostro hacía él.- que se cumplirá la parte de mi venganza.- concluyó.
Despertó, finalmente abrió los ojos y rayos de luz entraron a la alcoba por entre los pequeños huecos de la ventana, con una fatiga incontrolable donde el sudor se desparramaba en su rostro y sus latidos fuertes golpes de pecho haciendo de éste un martirio. La parte importante de aquella pesadilla se convirtió en un recuerdo horroroso, no pudo ver sus ojos, pero si aquella sonrisa lúgubre. Recordaba perfectamente lo que había proferido, pero el sonido de su voz perdió sentido, solo podía recordar aquellas palabras escuchadas en su pensamiento por su propia voz, la de Milanor, pálido como un muerto, bañado por su propio sudor.
Se sentó en la cama y se talló los ojos fuertemente esperando a que el vértigo se esfumara y su cabeza finalmente esté puesta en Tierra. Pero aun con aprensión de abrir los ojos, por miedo a que el cielo se volviese sangre y el suelo negro y firme como… en aquella pesadilla que parecía no tener fin.
- No…no aun….- susurró, presa del pánico.
Y así que comprendió que todos sus complicaciones no tenían fin, La Guerra de los Ladrones, en la que su vida se sometía a un juicio verdadero, la pérdida de “esa” persona, la guerra pasada entre un Reino y un Imperio, la conspiración de los nuevos enemigos que atacaron a Fantasinia…
Esas complicaciones ¡no eran nada! A comparación a lo que se avecinaba… y entonces en ese instante se dio cuenta….
Que sus problemas solo habían comenzado.
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Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
Contínuo nwn
Uno de los famosos jardines, Paradīze, había sido utilizado principalmente para entretenimiento de las familias de alta sociedad, nobleza y aristocracia y por supuesto la Realeza, fiestas de té y días de campo, actividades de los más atractivos para aquellas familias prestigiosas llenas de poder, que algún tiempo después se convirtió en una simple propiedad Real con el fin de utilizarlo para reuniones estratégicas de alianzas o cualquier clase de conveniencia para la Familia Real, pues aquel jardín servía de utilidad para llamar atención a los involucrados…
Pues si bien, era un terreno frondoso, el más grande que pudieses imaginar, todo tipo de flores con colores vivases adornaban aquel lugar donde un riachuelo-llena de agua cristalina y peces de colores- surcaba de una meseta rocosa, había también cerca matorrales y un claro despejado con un viñedo y una finca -que estaba a kilómetros del jardín del Palacio Real- por que el lugar principal constituía de rosales, campos de flores y un laberinto, sauces y cipreses.-
- esto esta muy mal-aseveró más para sí misma que para Milanor que estaba junto a ella.
Las medias lunas se hallaban por debajo de sus ojos, esta vez más notorios y marcados, su rostro paliducho estaba lleno de pesadumbre y cansancio, parecía que estuviera a punto de sufrir una especie paranoia.
- eso es quedarse corto.- repuso Milanor, quien también poseía unas ojeras menos notorias que las de Yggdra, un regalo que la pesadilla inolvidable le había proveído.
Aun recorriendo el laberinto a tientas sin la intención de buscar la salida, más con el propósito de adentrándose en sus propias mentes buscando recuerdos de la masacre pasada- en el que luchaban contra Nessiah- que al parecer parecía más inerme cuando era un humano. Milanor no tenía la intención de contarle su pesadilla a Yggdra con el temor de que pudiese inquietarse más y dormir menos, al igual que no deseaba recordar lo que pasó la noche pasada…
-es que…todas esas cosas que están pasando… ¡Las cosas que atacaron a mi Reino! el desencadenamiento de Nessiah, todo esta ocurriendo tan simultáneamente… -prosiguió Yggdra encaminándose lentamente, azorada, cerrando y abriendo los párpados atropelladamente con el rostro caído.
- una coincidencia evidente…-observó Milanor, ahora más lento que la Reina en lo que a caminar se refiere.
-aun teniendo en nuestro poder el Revolt of the gods, me pregunto, si ha pasado demasiado tiempo desde la caída de Nessiah.- Milanor abrió la boca para hablar pero después la cerro, iracundo con solo recordar el nombre del caído, se impacientó y finalmente habló.
-No llevo la cuenta.- concluyó.
Aquel grupo de forasteros de ropajes negros de aspecto cordial, no profirieron censura alguna del lugar impenetrable, todo era tan nuevo para ellos que quizá tantas visitas por el lugar nunca bastarían para dejarlos de sorprender… cada tallo de flor, cada uno de sus pétalos, cada ser viviente dentro de aquel paraíso, cada árbol que era único, era nuevo para ellos.
Sin darse cuenta ni echarle una ojeada a las horas que pasaban, rodearon un jardín hasta adentrarse a otro más hermoso aun, hermosos rosales y sobre todo un laberinto.
- Increíble.-susurró el joven de tez cremosa y facciones atractivas, soñando despierto en aquel lugar de ilusión.
-si que lo es.- admitió el pelirrojo con fascinación, alzando el brazo para cubrirse de los rayos del sol que se extendía a través del horizonte.
-dicen que estos jardines, han tenido una cierta protección divina.- comenzó el anciano de ojos cansados y piel arrugada y voz reseca-…según la leyenda, estos jardines se llamaban “El Callejón del diablo” que antiguamente eran callejones lejos del pueblo rodeados por el bosque, se llamaba así, por las incesantes desapariciones de cazadores y matanzas crueles de animales silvestres y continuas cremaciones de las flores y bosques, hasta que un día, un grupo de niños que jugaban fallecieron misteriosamente, donde según cuentan, el tercer día, árboles y flores silvestres empezaron a surgir, ojos de agua comenzaron a surcar en la meseta rocosa, animales llegaban de todos lados a instalarse en el bosque, rosales y campos de flores comenzaron a rodear todo el lugar, haciendo que el antiguo callejón quedara en ruinas, ahora cubierto de simple maleza y arbustos… según la leyenda cuenta, estos niños fueron un regalo del cielo la cual hizo que las desapariciones cesaran y protegieran a las personas que pasasen por aquí, pues eran puros de corazón y voluntad, almas inocentes y benditos. Llenando al lugar de protección, hasta que llegó a ser uno de los parques más protegidos pasando a ser propiedad de la familia real.
- una leyenda muy fascinante…- observó Walker, esta vez contemplando cada detalle del lugar para no olvidar jamás.
- Un laberinto.- apuntó Lavi hacía el este. El grupo que paseaba por una calzada antigua, bajaron unas escaleras y observaron con detenimiento unos arbustos rectangulares alzados de más de dos metros de altura, y una entrada con un arco de rosales.- bien, Allen, te reto a entrar al laberinto, el que encuentre la salida primero, ¡el perdedor pagará la comida!
Walker lo miró, incrédulo, el anciano Bookman bufó con desaprobación
Sin embargo Allen Walker dudó, una idea surgió de su mente de manera desprovista, ahora percibiendo que quizá la apuesta le hacía favorable en su punto de vista, y al dedicarle una sonrisa socarrona, dijo en sus adentros <<espero hayas ahorrado suficiente, Lavi>> y aceptó el reto.
-bien, por que tengo mucha hambre.- exclamó sonriendo, meciendo la palma de su mano en la barriga, dando masajes en forma circular.
Lavi vaciló, y aun que fuese disimulado, ambos se preparaban por si una trampa se avecinaba.
El anciano Bookman abrió los ojos como platos y miró a Walker confundido, pero sin embargo torció los ojos hasta entrecerrarlos con contrariedad. <<Después de todo es un mocoso…>>, pensó.
Ambos se hincaron inclinados en la entrada del laberinto como cuando un corredor profesional estuviese a punto de correr en una gran carrera.
En sus marcas, listos… ¡fuera! Y el pelirrojo y cabellos blancuzcos arrancaron a correr como caballos al galope a una velocidad mordaz, sin embargo tal laberinto era inseguro que cuando uno entraba en uno de sus muchos pasadizos ambos vacilaban si estaban o no el camino correcto, y optaban finalmente a seguir la pista del otro.
Walker se iba a la derecha, Lavi a la izquierda, y así sucesivamente hasta que se volvieron a encontrarse ahora en un mismo sentido, un pasadizo derecho que los llevaba hacía otra calzada que transportaba a una fuente.
Ambos apresuraron el paso, Walker que era más ligero, estaba a medio paso adelantado que Lavi, aun que éste corría a grandes zancadas, era difícil precisar quien era el que estaba más cerca de la victoria.
Lavi se adelantó un poco más dejando a Allen a unos centímetros atrás.
<< ¡Muerde el polvo, Walker!>> sonrió, glorioso.
Pero no debería de haber perdido un solo instante de la concentración pues ahora Walker dio un gran impulso y se adelantó a dos pasos más que el pelirrojo.
Y sin percibir lo que se avecinaba delante de ambos, desde otro muro de arbusto dos cuerpos cruzaron en el mismo instante donde los dos competidores estarían a punto de atravesar, y de repente…
¡Crash! Allen cayó encima de un caballero de cabellos plateados, donde por debajo de él estaba una hermosa rubia, que estaba siendo aplastada en su entre pierna, el pelirrojo había aterrizado en Walker después de unos segundos de haberlo alcanzado. Todos adoloridos, se incorporaron torpemente.
El viejo Bookman había llegado después del impacto, y tras ver lo ocurrido, se le escapó una risotada… de furia.
Tomó al pelirrojo y al peliblanco de los cabellos quitándolos de encima de los extraños que estaban delante y los echó bruscamente al suelo.
CAPITULO III
¿EXORCISTA?
¿EXORCISTA?
Uno de los famosos jardines, Paradīze, había sido utilizado principalmente para entretenimiento de las familias de alta sociedad, nobleza y aristocracia y por supuesto la Realeza, fiestas de té y días de campo, actividades de los más atractivos para aquellas familias prestigiosas llenas de poder, que algún tiempo después se convirtió en una simple propiedad Real con el fin de utilizarlo para reuniones estratégicas de alianzas o cualquier clase de conveniencia para la Familia Real, pues aquel jardín servía de utilidad para llamar atención a los involucrados…
Pues si bien, era un terreno frondoso, el más grande que pudieses imaginar, todo tipo de flores con colores vivases adornaban aquel lugar donde un riachuelo-llena de agua cristalina y peces de colores- surcaba de una meseta rocosa, había también cerca matorrales y un claro despejado con un viñedo y una finca -que estaba a kilómetros del jardín del Palacio Real- por que el lugar principal constituía de rosales, campos de flores y un laberinto, sauces y cipreses.-
- esto esta muy mal-aseveró más para sí misma que para Milanor que estaba junto a ella.
Las medias lunas se hallaban por debajo de sus ojos, esta vez más notorios y marcados, su rostro paliducho estaba lleno de pesadumbre y cansancio, parecía que estuviera a punto de sufrir una especie paranoia.
- eso es quedarse corto.- repuso Milanor, quien también poseía unas ojeras menos notorias que las de Yggdra, un regalo que la pesadilla inolvidable le había proveído.
Aun recorriendo el laberinto a tientas sin la intención de buscar la salida, más con el propósito de adentrándose en sus propias mentes buscando recuerdos de la masacre pasada- en el que luchaban contra Nessiah- que al parecer parecía más inerme cuando era un humano. Milanor no tenía la intención de contarle su pesadilla a Yggdra con el temor de que pudiese inquietarse más y dormir menos, al igual que no deseaba recordar lo que pasó la noche pasada…
-es que…todas esas cosas que están pasando… ¡Las cosas que atacaron a mi Reino! el desencadenamiento de Nessiah, todo esta ocurriendo tan simultáneamente… -prosiguió Yggdra encaminándose lentamente, azorada, cerrando y abriendo los párpados atropelladamente con el rostro caído.
- una coincidencia evidente…-observó Milanor, ahora más lento que la Reina en lo que a caminar se refiere.
-aun teniendo en nuestro poder el Revolt of the gods, me pregunto, si ha pasado demasiado tiempo desde la caída de Nessiah.- Milanor abrió la boca para hablar pero después la cerro, iracundo con solo recordar el nombre del caído, se impacientó y finalmente habló.
-No llevo la cuenta.- concluyó.
***
Aquel grupo de forasteros de ropajes negros de aspecto cordial, no profirieron censura alguna del lugar impenetrable, todo era tan nuevo para ellos que quizá tantas visitas por el lugar nunca bastarían para dejarlos de sorprender… cada tallo de flor, cada uno de sus pétalos, cada ser viviente dentro de aquel paraíso, cada árbol que era único, era nuevo para ellos.
Sin darse cuenta ni echarle una ojeada a las horas que pasaban, rodearon un jardín hasta adentrarse a otro más hermoso aun, hermosos rosales y sobre todo un laberinto.
- Increíble.-susurró el joven de tez cremosa y facciones atractivas, soñando despierto en aquel lugar de ilusión.
-si que lo es.- admitió el pelirrojo con fascinación, alzando el brazo para cubrirse de los rayos del sol que se extendía a través del horizonte.
-dicen que estos jardines, han tenido una cierta protección divina.- comenzó el anciano de ojos cansados y piel arrugada y voz reseca-…según la leyenda, estos jardines se llamaban “El Callejón del diablo” que antiguamente eran callejones lejos del pueblo rodeados por el bosque, se llamaba así, por las incesantes desapariciones de cazadores y matanzas crueles de animales silvestres y continuas cremaciones de las flores y bosques, hasta que un día, un grupo de niños que jugaban fallecieron misteriosamente, donde según cuentan, el tercer día, árboles y flores silvestres empezaron a surgir, ojos de agua comenzaron a surcar en la meseta rocosa, animales llegaban de todos lados a instalarse en el bosque, rosales y campos de flores comenzaron a rodear todo el lugar, haciendo que el antiguo callejón quedara en ruinas, ahora cubierto de simple maleza y arbustos… según la leyenda cuenta, estos niños fueron un regalo del cielo la cual hizo que las desapariciones cesaran y protegieran a las personas que pasasen por aquí, pues eran puros de corazón y voluntad, almas inocentes y benditos. Llenando al lugar de protección, hasta que llegó a ser uno de los parques más protegidos pasando a ser propiedad de la familia real.
- una leyenda muy fascinante…- observó Walker, esta vez contemplando cada detalle del lugar para no olvidar jamás.
- Un laberinto.- apuntó Lavi hacía el este. El grupo que paseaba por una calzada antigua, bajaron unas escaleras y observaron con detenimiento unos arbustos rectangulares alzados de más de dos metros de altura, y una entrada con un arco de rosales.- bien, Allen, te reto a entrar al laberinto, el que encuentre la salida primero, ¡el perdedor pagará la comida!
Walker lo miró, incrédulo, el anciano Bookman bufó con desaprobación
Sin embargo Allen Walker dudó, una idea surgió de su mente de manera desprovista, ahora percibiendo que quizá la apuesta le hacía favorable en su punto de vista, y al dedicarle una sonrisa socarrona, dijo en sus adentros <<espero hayas ahorrado suficiente, Lavi>> y aceptó el reto.
-bien, por que tengo mucha hambre.- exclamó sonriendo, meciendo la palma de su mano en la barriga, dando masajes en forma circular.
Lavi vaciló, y aun que fuese disimulado, ambos se preparaban por si una trampa se avecinaba.
El anciano Bookman abrió los ojos como platos y miró a Walker confundido, pero sin embargo torció los ojos hasta entrecerrarlos con contrariedad. <<Después de todo es un mocoso…>>, pensó.
Ambos se hincaron inclinados en la entrada del laberinto como cuando un corredor profesional estuviese a punto de correr en una gran carrera.
En sus marcas, listos… ¡fuera! Y el pelirrojo y cabellos blancuzcos arrancaron a correr como caballos al galope a una velocidad mordaz, sin embargo tal laberinto era inseguro que cuando uno entraba en uno de sus muchos pasadizos ambos vacilaban si estaban o no el camino correcto, y optaban finalmente a seguir la pista del otro.
Walker se iba a la derecha, Lavi a la izquierda, y así sucesivamente hasta que se volvieron a encontrarse ahora en un mismo sentido, un pasadizo derecho que los llevaba hacía otra calzada que transportaba a una fuente.
Ambos apresuraron el paso, Walker que era más ligero, estaba a medio paso adelantado que Lavi, aun que éste corría a grandes zancadas, era difícil precisar quien era el que estaba más cerca de la victoria.
Lavi se adelantó un poco más dejando a Allen a unos centímetros atrás.
<< ¡Muerde el polvo, Walker!>> sonrió, glorioso.
Pero no debería de haber perdido un solo instante de la concentración pues ahora Walker dio un gran impulso y se adelantó a dos pasos más que el pelirrojo.
Y sin percibir lo que se avecinaba delante de ambos, desde otro muro de arbusto dos cuerpos cruzaron en el mismo instante donde los dos competidores estarían a punto de atravesar, y de repente…
¡Crash! Allen cayó encima de un caballero de cabellos plateados, donde por debajo de él estaba una hermosa rubia, que estaba siendo aplastada en su entre pierna, el pelirrojo había aterrizado en Walker después de unos segundos de haberlo alcanzado. Todos adoloridos, se incorporaron torpemente.
El viejo Bookman había llegado después del impacto, y tras ver lo ocurrido, se le escapó una risotada… de furia.
Tomó al pelirrojo y al peliblanco de los cabellos quitándolos de encima de los extraños que estaban delante y los echó bruscamente al suelo.
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Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
Milanor, tras haber ayudado a incorporarse la Reina Yggdra, observó con ojos irascibles a los forasteros de uniformes extraños con auras de furia.
-¡bola de idiotas! ¡¿Que demonios hacen ustedes aquí?!- rugió, enfadado, donde su voz era casi como por encima de mil octavas, como el estruendo de un rayo o el temblor de un volcán a punto de hacer erupción.
-¡¡lo sentimos mucho!!- se apresuró a decir atropelladamente Walker, hincándose piadosamente avergonzado.
Lavi al disculparse cordialmente de aquellas personas singulares fijó su vista en la rubia soñolienta que se había incorporado torpemente después de un doloroso colapso, observando con perversidad de cabeza a pies, donde indiscretamente sus mejillas se tornaban lamentablemente rojas, exclamó a viva voz.
-¡¡¡STRIKE!!!
Bookman pegó un codazo en la nuca del pelirrojo con furia contenida, quien sabe si le hubiese roto el coco o quizá dejarlo aun más embobado por tal embestida. Milanor enarcó una ceja receloso y Walker torcido de vergüenza, le quedó la única opción de la humillación.
-¡ay! ¡Ay! – gimió palpándose la cabeza para contener el dolor punzante, la Reina Yggdra, incrédula a lo que estaba ocurriendo aquellos instantes, desvió la vista de aquel acontecimiento degradante a Milanor preguntándose que diantres le ocurría a ese tipo. Él aun fastidiado por la actitud del pelirrojo, apuntó hacía el aludido con agresión, dándole saber a la Reina que el problema se trataba de "ellos".
Yggdra suspiró.
-¿Quienes son ustedes y qué hacen aquí?
Preguntó observando las extrañas chaquetas negras que los cubrían.
-esto…eh…- balbuceó Allen, aun resentido por lo que sucedió, sintiendo que una parte de la culpa era de él.- bueno, nosotros… estábamos… eh, somos exorcistas.
- ¿caza fantasmas?- interpeló Milanor sarcástico.
-¿estás sordo?- replicó Lavi.- ¡exorcistas! mira, te lo repito, e-x-o-r-c-i-s-t-a-s.- repitió enfatizando la última palabra pausadamente. Como si estuviese tratando con un niño de cinco años que no entiende una lección de gramática.
Milanor se tornó rojo de ira, de sus ojos casi salían llamas y del cuerpo de Lavi salían auras de furia, ambos no dejaron de acusarse con miradas frívolas. Walker intervino en un gesto de disculpa.
Estaba claro que el pelirrojo y el de cabellos plateados no se llevarán muy bien…
-eh…bueno…- comenzó Walker para enfriar el asunto cambiando de tema.- estamos buscando, eh, efectos paranormales.
Los ojos de Yggdra y Milanor se encontraron preguntándose si la ayuda que necesitarían era la de un psiquiatra, de pronto miles de ideas posaron sobre su cabeza, Milanor soltó una risotada.
-¡pero que raros! ¿No son de esos que leen la mano para decirte tu suerte? ¡Ja, ja!
-pues ya veremos cual será tu suerte,”abuelito” hay que ver que haremos con esas canas…-emprendió Lavi arremangándose la manga de la chaqueta, formando un puño con su mano.
-¡ah! ¡Venga, “tuertito” ¡¿porqué no vas a jugar a tu barco pirata?!- persuadió sarcástico Milanor con una mirada socarrona.
-¡¡¡parad!!!- intervino Yggdra con un grito sonoro, el de la orden de una Reina.
Ambos se detuvieron en seco y observaron a Yggdra como si fuesen soldados que reciben una orden.
-¿¡alguien puede explicarme que está pasando aquí de una buena vez!?
-verá…- comenzó Bookman.- dejad que yo os explique.- desvió la vista hacía su discípulo y futuro “General” con desprecio, volviendo la vista hacía la Reina.- os pido una sincera disculpa por nuestra imprudencia, pues nosotros estamos investigando todo el lugar, nosotros buscamos un fragmento llamado Inocencia, que causas efectos no normales, lo que atrae a los akumas.
-¿akumas?- inquirió Yggdra.
- Akumas, son aquellas armas creadas por el Conde del Milenio, estos aniquilan a las personas y profanan los fragmentos de inocencia para el Conde y la familia de Noé para después ser destruidos, donde su única misión es deshacerse de la humanidad… - concluyó el anciano frívolamente y melancolía, como si contase una historia aterradora.
Yggdra no respondió, pues fue consumida por sus propios pensamientos que ya no pudo articular palabra.
-disculpa por haber sido groseros, mi nombre es Allen, Allen Walker.-empezó el peliblanco sonriendo cortésmente haciendo ver su blanca dentadura.
- Mi nombre es Lavi, solo Lavi- dijo sin dejar de ver a Milanor mordazmente.
-Bookman, un placer, señorita.- se inclinó erguido, dirigiéndose caballerosamente hacía ella.
- parece como un cuento de niños.- objetó Milanor, haciendo entrever la furia de Lavi cada vez más.- soy Milanor.
- Es un honor en conoceros, soy la Reina Yggdra Yuril Arltwatz….
Pero fue interrumpida por los forasteros.
- ¿¡¡REINA!!?- vociferaron al unísono Lavi y Allen con los ojos a punto de salirse de sus órbitas, esta vez más humillados.
- ¿que acaso no lo ven?- apuntó Milanor la coronilla que yacía en la cabeza de Yggdra.
Yggdra, desalentada, inquirió:
-y para el colmo… ¿qué hacías aquí? Esta es propiedad privada de la familia real, la Familia Zoutou.
-ah esto, eh…bueno, es que…- mascullaron distraídamente Lavi y Allen sin excusa que decir.
-mejor…no digáis nada…ya lo discutiremos luego. – se apresuró a decir Yggdra temiendo que pueda comenzar otro disparate de entre los extraños extranjeros. – quiero que me expliquen, que son esas cosas… los akumas.
-¡bola de idiotas! ¡¿Que demonios hacen ustedes aquí?!- rugió, enfadado, donde su voz era casi como por encima de mil octavas, como el estruendo de un rayo o el temblor de un volcán a punto de hacer erupción.
-¡¡lo sentimos mucho!!- se apresuró a decir atropelladamente Walker, hincándose piadosamente avergonzado.
Lavi al disculparse cordialmente de aquellas personas singulares fijó su vista en la rubia soñolienta que se había incorporado torpemente después de un doloroso colapso, observando con perversidad de cabeza a pies, donde indiscretamente sus mejillas se tornaban lamentablemente rojas, exclamó a viva voz.
-¡¡¡STRIKE!!!
Bookman pegó un codazo en la nuca del pelirrojo con furia contenida, quien sabe si le hubiese roto el coco o quizá dejarlo aun más embobado por tal embestida. Milanor enarcó una ceja receloso y Walker torcido de vergüenza, le quedó la única opción de la humillación.
-¡ay! ¡Ay! – gimió palpándose la cabeza para contener el dolor punzante, la Reina Yggdra, incrédula a lo que estaba ocurriendo aquellos instantes, desvió la vista de aquel acontecimiento degradante a Milanor preguntándose que diantres le ocurría a ese tipo. Él aun fastidiado por la actitud del pelirrojo, apuntó hacía el aludido con agresión, dándole saber a la Reina que el problema se trataba de "ellos".
Yggdra suspiró.
-¿Quienes son ustedes y qué hacen aquí?
Preguntó observando las extrañas chaquetas negras que los cubrían.
-esto…eh…- balbuceó Allen, aun resentido por lo que sucedió, sintiendo que una parte de la culpa era de él.- bueno, nosotros… estábamos… eh, somos exorcistas.
- ¿caza fantasmas?- interpeló Milanor sarcástico.
-¿estás sordo?- replicó Lavi.- ¡exorcistas! mira, te lo repito, e-x-o-r-c-i-s-t-a-s.- repitió enfatizando la última palabra pausadamente. Como si estuviese tratando con un niño de cinco años que no entiende una lección de gramática.
Milanor se tornó rojo de ira, de sus ojos casi salían llamas y del cuerpo de Lavi salían auras de furia, ambos no dejaron de acusarse con miradas frívolas. Walker intervino en un gesto de disculpa.
Estaba claro que el pelirrojo y el de cabellos plateados no se llevarán muy bien…
-eh…bueno…- comenzó Walker para enfriar el asunto cambiando de tema.- estamos buscando, eh, efectos paranormales.
Los ojos de Yggdra y Milanor se encontraron preguntándose si la ayuda que necesitarían era la de un psiquiatra, de pronto miles de ideas posaron sobre su cabeza, Milanor soltó una risotada.
-¡pero que raros! ¿No son de esos que leen la mano para decirte tu suerte? ¡Ja, ja!
-pues ya veremos cual será tu suerte,”abuelito” hay que ver que haremos con esas canas…-emprendió Lavi arremangándose la manga de la chaqueta, formando un puño con su mano.
-¡ah! ¡Venga, “tuertito” ¡¿porqué no vas a jugar a tu barco pirata?!- persuadió sarcástico Milanor con una mirada socarrona.
-¡¡¡parad!!!- intervino Yggdra con un grito sonoro, el de la orden de una Reina.
Ambos se detuvieron en seco y observaron a Yggdra como si fuesen soldados que reciben una orden.
-¿¡alguien puede explicarme que está pasando aquí de una buena vez!?
-verá…- comenzó Bookman.- dejad que yo os explique.- desvió la vista hacía su discípulo y futuro “General” con desprecio, volviendo la vista hacía la Reina.- os pido una sincera disculpa por nuestra imprudencia, pues nosotros estamos investigando todo el lugar, nosotros buscamos un fragmento llamado Inocencia, que causas efectos no normales, lo que atrae a los akumas.
-¿akumas?- inquirió Yggdra.
- Akumas, son aquellas armas creadas por el Conde del Milenio, estos aniquilan a las personas y profanan los fragmentos de inocencia para el Conde y la familia de Noé para después ser destruidos, donde su única misión es deshacerse de la humanidad… - concluyó el anciano frívolamente y melancolía, como si contase una historia aterradora.
Yggdra no respondió, pues fue consumida por sus propios pensamientos que ya no pudo articular palabra.
-disculpa por haber sido groseros, mi nombre es Allen, Allen Walker.-empezó el peliblanco sonriendo cortésmente haciendo ver su blanca dentadura.
- Mi nombre es Lavi, solo Lavi- dijo sin dejar de ver a Milanor mordazmente.
-Bookman, un placer, señorita.- se inclinó erguido, dirigiéndose caballerosamente hacía ella.
- parece como un cuento de niños.- objetó Milanor, haciendo entrever la furia de Lavi cada vez más.- soy Milanor.
- Es un honor en conoceros, soy la Reina Yggdra Yuril Arltwatz….
Pero fue interrumpida por los forasteros.
- ¿¡¡REINA!!?- vociferaron al unísono Lavi y Allen con los ojos a punto de salirse de sus órbitas, esta vez más humillados.
- ¿que acaso no lo ven?- apuntó Milanor la coronilla que yacía en la cabeza de Yggdra.
Yggdra, desalentada, inquirió:
-y para el colmo… ¿qué hacías aquí? Esta es propiedad privada de la familia real, la Familia Zoutou.
-ah esto, eh…bueno, es que…- mascullaron distraídamente Lavi y Allen sin excusa que decir.
-mejor…no digáis nada…ya lo discutiremos luego. – se apresuró a decir Yggdra temiendo que pueda comenzar otro disparate de entre los extraños extranjeros. – quiero que me expliquen, que son esas cosas… los akumas.
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Empleo /Ocio : Esposa de Haine, madre de doce hijos xD, la gemela rara de Hard Candy *-* (onee hermosha) y dnshbamkj suprema!
Humor : buena vibra >:3
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Fecha de inscripción : 05/10/2008
Re: The Ancient Fallen & The Angel {D.Gray Man Fic}
- en realidad, es algo confuso al principio, los akumas pueden tomar la forma de un humano común y corriente, por eso no hay forma de que los podamos distinguir de la gente normal, puede que no haya forma específica, ya que pueden aumentar de nivel y tomar diferentes formas no concretas.- respondió Allen brevemente y con serenidad.
- ¿que quieres decir con eso?- inquirió Milanor, esta vez ansioso.
- que con cada persona que aniquilen, incrementará su fuerza, haciéndolos mas poderosos e invulnerables aun que… hay una excepción.-afirmó Allen, quitándose el guante de cuero blanco que cubría su mano derecha, haciéndose ver la deformidad que tenía. Yggdra y Milanor dieron un respingo.- nosotros tenemos la habilidad gracias al fragmento de Inocencia, esto es lo que nos convierte en un exorcista, solo con nuestra arma anti-akuma, podremos ser capaces de detenerlos y salvarlos, sin embargo, si son atacados con otra arma que no sea equipada con inocencia, sería inútil.
- espera un minuto….a que te refieres con “salvar” a esas cosas ¿¡matan a personas!? Y dices que ¿¿los tienen que salvar?? – espetó Milanor sorprendido, y aun así confundido.
- akumas… son almas que sollozan y claman por el descanso, el Conde persuade a las personas donde la muerte ha apartado de sus vidas a sus seres más amados, llamándolos desde su tumba para que regresen a su lado, pero cuando está dentro del esqueleto, ahora pasa a ser parte de las ordenes del Conde, asesinando a la persona amada y vestirse entre su carne y su piel… aparentando ser una persona común y corriente… pero el akuma es tan fuerte contra la propia voluntad que controla esta alma, consumiéndola poco a poco, sin embargo…- pausó Allen, con la mirada distraída en el vacío.- Si estas se auto destruyen o son aniquiladas por el Conde o familia Noé… estas almas, pertenecerán al Conde… para siempre…
Y no será posible salvarlas…
Milanor no pudo articular palabra, se le heló la sangre hasta ponerle los vellos a punta de flor, sin embargo ahora tenía menos razones para desconfiar de ellos.
- acabas de decir… ¿¡qué pueden los akumas tomar forma de una persona!? Y que… ¿¡no pueden ser atacados con armas normales!?
- exacto…cuando aparecen en su verdadera forma física, los del nivel uno aparentan ser armas, que no piensan ni hablan, pero destruyen todo a su paso
- ¡¡no puede ser!!….. ¿Son….esas cosas extrañas con esa estrella en la frente!?- exhaló Yggdra sin aliento, pues al igual que Milanor, estaba helada.
- ¿los has visto antes?- inquirió el anciano Bookman alterado.
- Sí, esas cosas fueron las que atacaron mi reino… y tuvimos que huir de ahí…y evacuar a miles de personas…- comenzó.-Quiere decir que… un akuma podría ser cualquier persona… entonces… no hay nada que podamos hacer para diferenciarlos…- pálida como un hueso, sus ojos se perdieron en la nada, escapando de la realidad, donde el miedo se apoderó de sus sentidos…como si la esperanza se hubiera ido por siempre de su lado.
- ¡ahh! ¡Pero Allen es el único que puede velos!- exclamó Lavi con energía para alentar a la Reina desesperanzada, tomando al peliblanco de las mejillas jalando de su pellejo juguetón.
- ¡Su-l-t-me-La-i!- era tan duro el cariño que le era imposible hablar correctamente, queriendo decir: “¡suéltame Lavi!”
- con su ojo izquierdo es capas de reconocer y diferenciar a un akuma de un humano.- comentó Bookman mirando con melancolía la cicatriz de Allen.
Yggdra desviando la vista del olvido hacia Walker, en sus pupilas se notó un brillo diferente esta vez con un pedacito de fe, que aun que fuese pequeña, le bastaba para poder encarar todos los problemas, y fue tanta la sorpresa que no despegaba un ojo de encima del joven exorcista.
- ¡AAAA! ¡Esto esta muy raro y confuso!… primero Nessiah, después akumas, Conde del milenio, familia Noé, ¿Inocencia? Y ¿¡exorcistas!? Esto me va a volver loco.- se quejó Milanor tomándose de los cabellos con ambas manos a punto de arrancárselos de la nuca, temblaba por tener que tratar de sostener la poca compostura que le quedaba…
- calma, calma, explicaremos con más paciencia….-estimuló Walker tranquilamente.
- estoy seguro de que Su Majestad, podría estar involucrada con esto, ya que usted es un testigo, tiene derecho de saber más acerca de esto…mientras sea antes, mejor.- continuó Bookman.
- Sería de gran ayuda, se los agradezco…
- por cierto… ¿quién es Nessiah?- instó Lavi desorientado.
- Te lo explicaré ampliamente, pero falta poco para el alba y supongo que tendrán hambre…
Mientras tanto…Volvamos al castillo…
- ¿que quieres decir con eso?- inquirió Milanor, esta vez ansioso.
- que con cada persona que aniquilen, incrementará su fuerza, haciéndolos mas poderosos e invulnerables aun que… hay una excepción.-afirmó Allen, quitándose el guante de cuero blanco que cubría su mano derecha, haciéndose ver la deformidad que tenía. Yggdra y Milanor dieron un respingo.- nosotros tenemos la habilidad gracias al fragmento de Inocencia, esto es lo que nos convierte en un exorcista, solo con nuestra arma anti-akuma, podremos ser capaces de detenerlos y salvarlos, sin embargo, si son atacados con otra arma que no sea equipada con inocencia, sería inútil.
- espera un minuto….a que te refieres con “salvar” a esas cosas ¿¡matan a personas!? Y dices que ¿¿los tienen que salvar?? – espetó Milanor sorprendido, y aun así confundido.
- akumas… son almas que sollozan y claman por el descanso, el Conde persuade a las personas donde la muerte ha apartado de sus vidas a sus seres más amados, llamándolos desde su tumba para que regresen a su lado, pero cuando está dentro del esqueleto, ahora pasa a ser parte de las ordenes del Conde, asesinando a la persona amada y vestirse entre su carne y su piel… aparentando ser una persona común y corriente… pero el akuma es tan fuerte contra la propia voluntad que controla esta alma, consumiéndola poco a poco, sin embargo…- pausó Allen, con la mirada distraída en el vacío.- Si estas se auto destruyen o son aniquiladas por el Conde o familia Noé… estas almas, pertenecerán al Conde… para siempre…
Y no será posible salvarlas…
Milanor no pudo articular palabra, se le heló la sangre hasta ponerle los vellos a punta de flor, sin embargo ahora tenía menos razones para desconfiar de ellos.
- acabas de decir… ¿¡qué pueden los akumas tomar forma de una persona!? Y que… ¿¡no pueden ser atacados con armas normales!?
- exacto…cuando aparecen en su verdadera forma física, los del nivel uno aparentan ser armas, que no piensan ni hablan, pero destruyen todo a su paso
- ¡¡no puede ser!!….. ¿Son….esas cosas extrañas con esa estrella en la frente!?- exhaló Yggdra sin aliento, pues al igual que Milanor, estaba helada.
- ¿los has visto antes?- inquirió el anciano Bookman alterado.
- Sí, esas cosas fueron las que atacaron mi reino… y tuvimos que huir de ahí…y evacuar a miles de personas…- comenzó.-Quiere decir que… un akuma podría ser cualquier persona… entonces… no hay nada que podamos hacer para diferenciarlos…- pálida como un hueso, sus ojos se perdieron en la nada, escapando de la realidad, donde el miedo se apoderó de sus sentidos…como si la esperanza se hubiera ido por siempre de su lado.
- ¡ahh! ¡Pero Allen es el único que puede velos!- exclamó Lavi con energía para alentar a la Reina desesperanzada, tomando al peliblanco de las mejillas jalando de su pellejo juguetón.
- ¡Su-l-t-me-La-i!- era tan duro el cariño que le era imposible hablar correctamente, queriendo decir: “¡suéltame Lavi!”
- con su ojo izquierdo es capas de reconocer y diferenciar a un akuma de un humano.- comentó Bookman mirando con melancolía la cicatriz de Allen.
Yggdra desviando la vista del olvido hacia Walker, en sus pupilas se notó un brillo diferente esta vez con un pedacito de fe, que aun que fuese pequeña, le bastaba para poder encarar todos los problemas, y fue tanta la sorpresa que no despegaba un ojo de encima del joven exorcista.
- ¡AAAA! ¡Esto esta muy raro y confuso!… primero Nessiah, después akumas, Conde del milenio, familia Noé, ¿Inocencia? Y ¿¡exorcistas!? Esto me va a volver loco.- se quejó Milanor tomándose de los cabellos con ambas manos a punto de arrancárselos de la nuca, temblaba por tener que tratar de sostener la poca compostura que le quedaba…
- calma, calma, explicaremos con más paciencia….-estimuló Walker tranquilamente.
- estoy seguro de que Su Majestad, podría estar involucrada con esto, ya que usted es un testigo, tiene derecho de saber más acerca de esto…mientras sea antes, mejor.- continuó Bookman.
- Sería de gran ayuda, se los agradezco…
- por cierto… ¿quién es Nessiah?- instó Lavi desorientado.
- Te lo explicaré ampliamente, pero falta poco para el alba y supongo que tendrán hambre…
Mientras tanto…Volvamos al castillo…
FIN DEL CAPITULO
Luki Candy- Luki Candy Psyco Twin
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